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Un año después...

Sara y Abril finalmente habían encontrado la ubicación exacta de Kevin Patrol y de las nuevas chicas que reclutaban.

—Sara, ¿estas segura que entraremos hoy? —pregunto Abril mirando a su amiga que vigilaba detenidamente la mansión donde Kevin Patrol se había ido. Eran las afueras de Brazil y por fin, después de un largo año recorriendo el mundo finalmente habían dado con él.

—¿Quieres perder más tiempo? —pregunto Sara seriamente y Abril negó.

—Es solo que... ¿no podemos pedirle ayuda a tus amigos lo héroes? —pregunto divertida y Sara rodó lo ojos.

—¿Todo lo que te enseñe en este año no te sirvió de nada? —Abril suspiró y asintió.

—Sara, es que es una misión suicida. Si todas las niñas de ahí lograron pasar el experimento, ¿sabes que podrían matarnos?

—Abril, ella no han sido experimentadas... por lo que investigue están tratando de construir un laboratorio. No han podido. —mencionó Sara segura y Abril no dijo nada, tenía que confiar en ella.

Sara se sentó en el jardín detrás de la mansión y sacó varias cosas de su mochila. Dos pistolas, un localizador, dos comunicadores, dos navajeas y dos granadas. Sara extendió su manos para darle las respectivas cosas a Abril.

—Primero entraré yo —mencionó. —Cuando yo te diga, entras. No hagas nada. Necesito que estés bien.

Abril asintió y vio a Sara caminar lenta y sigilosamente por los arbustos para poder subir aquella pared. Por primera vez Abril sentía miedo y no cualquier miedo, finalmente Sara y ella estaban juntas y aunque para Abril fue difícil perdonarla, Sara había hecho de todo para verla bien y que estuviera bien, todavía no entendía muchas de las decisiones que Sara habían tomado pero lo que había hecho en todo este año le había demostrado que finalmente si eran las hermanas que hace años estaban pasando por experimentos juntas.

Abril suspiró cuando Sara saltó y Sara se levantó rápidamente escondiéndose a través de los árboles que la mansión tenía.

—¿Ves algo? —pregunto Abril por el comunicador y Sara visualizaba los movimientos de un camión que bajaba a una cuántas chicas atadas de manos.

—Hay más chicas, parece ser que están llegando —mencionó Sara y comenzó a acercarse. —Necesito que en unos tres minutos saltes, yo intentaré ingresar.

—Está bien.

Sara siguió caminando sigilosamente y logró ver una puerta frente a ella unos cuantos metros, espero a que ninguna persona se encontrara fuera de la casa para poder caminar hasta allá.

Kevin Patrol había salido de la casa, con un cigarrillo en mano y mirando a cada una de las chicas que bajaba. Detuvo a una que lloraba y este la tomó del rostro y besó su frente. Por un momento Sara recordó aquel día que fue tomada por la SWOG y no regresó. Como Kevin la había tratado como una hija y la había cuidado pero solo para usarla. Suspiró y siguió visualizando las acciones de los hombres que se encontraban ahí.

—Son todas. 20 en total —decía un hombre rubio alto.

—Son suficientes —decía Kevin y una persona llegó con un maletero y se lo entregó. Dinero, pensé Sara, era lo más obvio —Recuerda que si necesito más, estaré llamándote.

El rubio asintió y se dio la media vuelta para entrar al camión e irse de ahí. Sara se escondió para que no la lograran ver y se quedó ahí unos cuantos segundo. Cuando regresó su vista a la entrada, ya no había nadie. Tomó la pistola que había puesto en su pierna y comenzó a caminar. Cerró los ojos y recordó lo que hace algunos meses había logrado hacer, sentir la presencia de las personas si se encontraban cerca. Su cerebro trabajaba más rápido de lo común y sus ojos color lila comenzaban a iluminarse, como un sexto sentido. Suspiró y se tranquilizó. Falsa alarma. Siguió caminado y escuchó la voz de Abril por el comunicador.

—No hay nadie, es seguro entrar —decía Abril. Sara se giró y la vio a unos cuantos pasos. Ella asintió y corrió hasta la puerta.

La abrieron y primero entró Sara, señaló con la pistola. No había nadie. Le hizo una seña a Abril para que entrara y siguieron caminando a través de la mansión.

—Es bonita —bromeó Abril. —Me hubiera gustado más vivir aquí que en laboratorio —Sara puso sus ojos en blanco y negó.

—¿De verdad vas a bromear con eso? —pregunto Sara y Abril bufo.

—Si va a ser nuestro último día con vida, por lo menos irnos riendo.

Sara detuvo a Abril y la pegó hacia la pared. Un par de hombre caminaba frente a ellas con dos chicas, una de ellos las miró y estuvo apunto de gritar. Sara con un gesto la hizo que callara y esta solo las miraba hasta desaparecer de ahí. Empezaron a seguir a los hombres. Subieron los tres pisos de la mansión y se percataron que el la parte más alta estaban construyendo un laboratorio.

—Parecer tan inteligente creo que Kevin solo se quiere meter en problema, ¿un laboratorio en el último piso? Idiota...—Sara miró a Abril para que se callara y se acercaron a lo que era un cuarto de color rojo, una mesa grande y varias personas.

—Es inútil. Robar tecnología de Stark es imposible —decía un de los hombres.

—No lo es, no ahora. Ellos se han separado. Stark no estará lo suficiente concentrado, su novio El Capitan America se escapó de Balsa, ellos no pueden estar cerca.

Sara miró a Abril y no podía ser lo que estaba escuchando. ¿Los Vengadores separados? Sara no podía creer y siguió escuchando.

—Pero Stark no es tonto. Su tecnología no... —Kevin lo interrumpió.

—Su tecnología nos ayudará a transformar a estas muñequitas en armas. Así es esto. Tenemos que entrar a esas perras, Sara y Abril deben de estar por algún lado. No podemos arriesgarnos, las necesitamos muertas. Juntas, ellas dos, matarían. Y que bueno que la otra chica experimentada... no está con ella. Ella es poderosa —Sara sabía que hablaban de Wanda —Así que... no vamos a esperar un día más. Las necesitamos ya.

Abril no sabía que hacer ya que veía la preocupación y sorpresa en el rostro de Sara. Sara sabía que distraerse no era una opción pero le era imposible pensar en su familia, en la familia que ella había dejado. Sin embargo, Abril tomó su brazo y Sara la miró.

—¿Qué haremos? —pregunto Abril y de un momento a otro se empezaron a escuchar balazos. Sara y Abril reaccionado corriendo a esconderse.

—Dios...—se quejó Sara.

—¿Qué sucede? —gritó Kevin cuando vio a su gente subiendo las escaleras con pistola en mano.

—Sara está aquí, esta con Abril —gritaron y Kevin sonrió.

—Démosle una lección.

M Y   A M E T H Y S T [Wanda Maximoff]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora