Capitulo 0.1

858 99 10
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Capítulo 0.1

PRIMER ENCUENTRO CON EL PERRO ROJO Y SU DUEÑO.


El hecho de regresar de una guerra y resultar ganadores era realmente increíble, ahora podía descansar pacíficamente en su hogar, su imperio. Pero no todo es tranquilo cuando eres un protector de cierto príncipe heredero que se convirtió en un  héroe de guerra. Ahora estaba en el solitario campo de entrenamiento practicando para la ya cercana cacería que organizaria el príncipe heredero, pero se encontraba pensando en algo o más bien en alguien que cumpliría años en tan solo unas horas.

Ni regalo tenía, entonces solo iría a comer.

La celebración del cumpleaños del segundo príncipe era en pocas horas, y el no quería ir porque su protegido lo tomaría como traición. Claro que fue invitado cordialmente con una invitación bien decorada y perfectamente limpia con una fragancia a romero, ¿Fragancia en una carta? Eso nunca lo entendería, cosas de gente rica quizás. Pero si no iba a la celebración lo tomarían de mal gusto y dejaría a su padre en malas lenguas.

Ah...—  Se encontraba cansado y nervioso de ir con el príncipe heredero, no era raro que su casa noble sea la primera en ser invitada solo por hacerlo enojar y no quería estar en peligro por su protegido.

¿Se supone que estas entrenando? — Una voz se hizo presente.

¡¡Ahh!! —  La pregunta salida de la nada lo sobresalto demasiado no se esperaba a una persona en esa área.— ¡Hijo de la guayaba me asustaste!

El pelirrojo volteo a la defensiva y se congelo inmediatamente, era Callisto quien lo asusto. Si estaba muerto por un pequeño error suyo, pediría que le dieran a su padre su espada con la cual lucho la guerra contra el otro imperio.

¿Cómo me llamaste perro rojo?— La pregunta lo hizo temblar, estaba con un semblante sereno y ahora mantenía uno de ceño fruncido el rubio.

Rápido piensa, una disculpa y un castigo. Que más uno más uno menos.

— ¡Disculpe mi osadía mi alteza imperial, fue mi error llamarlo sin ningun tipo de respeto incluso si no sabia si era usted!— Las ganas de llorar y morirse no faltaban, pero intento arreglar el error que cometió y como decía su fallecida madre "la intención cuenta".

— ...

El silencio de su príncipe sólo hacía más tenso el ambiente, pero bueno reír para no llorar.— Si mi príncipe heredero me impone un castigo lo aceptaré, incluso si es el más duro. Cumpliré con su petición.

Todo palabra dicha por el pelirrojo era acompañada de una reverencia perfectamente hecha con su cabeza agachada. Callisto solo lo miraba con sus cejas enmarcadas y una expresión de incredulidad, pero solo tal vez se la pasaría por ser su compañero de aventuras. Solo aprovecharia sus palabras para colarse a cierta celebración de la emperatriz.

𝐃𝐎𝐆 | 𝗗𝗢𝗘𝗩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora