𝐃𝐎𝐆 | Death is the Only Ending for the Villainess.
❝ ¿Y si reescribimos las estrellas? Di que fuiste hecho para ser mío, nada podria separarnos.
Tú serás el que yo estaba destinado a encontrar, depende de ti, y depende de mi. Nadie puede decir l...
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Capítulo 0.2
EL PERRO DE CAZA ROJA APARACEY SALVA A LA DAMA FALSA.
La rubia parecía sorprendida por las palabras que salieron de la boca del primer príncipe, ellos no cumplieron su misión y por ende el caballero rojo sabía de la movida contra el príncipe Callisto.
Esto, no podía ser cierto ¿Verdad?
— No quería dejarnos pasar, así que decidí enseñarle una lección.— Sonrió de lado con ironía. — La próxima vez debería considerar que el perro siempre acompaña a su amo.
Con una sonrisa de un bastardo loco desvaino su espada y le corto el cuello a él asesino. Siendo observado por todos los invitados, pero el primer príncipe observo a la cara a esa fastidiosa mujer que se sentaba en el trono y analizo las expresiones cuando hablaba tan despreocupadamente de Apolo.
Él sabía que algo había pasado en el pasado con esas dos mujeres, si, aquella mujer conocía a la madre de Slora, no por nada esa rubia trataba tan delicadamente a su perro de caza, ella cuidaba las apariencias cuando estaba Él, sus expresiones, sus actos, su presencia cambiaba completamente cuando estaba el caballero escarlata y él lo sabía perfectamente, no por nada se aprovechaba de eso.
— ¡DETENTE...!
El grito ahogado junto con un chillido de alguien que moría lentamente se escucho en aquel salón, la sangre salpicó los zapatos blancos de su majestad Callisto pero este no le dio importancia.
Mientras una mujer pelifiusha observaba la conmoción con sorpresa, otra persona peliroja se lamentaba, su padre lo estaba observando con ojos juzgadores. Él sólo estaba haciendo de segundas a su amo, realmente no había nadie que interceptada la entrada, el príncipe traía arrastrando a ese hombre desde sabe donde porque llegó con esa persona tirandole de su cabello y le dio una mirada que decia "callate" cuando le hiba a preguntar sobre la persona que traía arrastras.
—Tú...— La voz del segundo príncipe parecía gelatina de lo temblorosa que estaba.
— Si quieres recibir un regalo como este, puedes enviarme una invitación. — Una sonrisa burlona apareció en el rostro del royal, pero luego cambió su expresión a una encantadora y sonriente. — ¡Oh! Mejor a él caballero Slora, él estará encantado de traerme ¿Cierto?
Apolo solo pudo asentir sin chistar.
Sin esperar una respuesta del perro rojo empezó su caminata para la salida del salón del tronó, con aires de autoficiencia escuchando los gritos despavoridos de los invitados cuando pasaba.
