Todo estaba mal para él. Hacía más de 2 semanas de que había terminado con Yunho y aún así sentía que apenas era ayer cuando había pronunciado aquellas palabras que rompieron su corazón.
Sungmin le había dicho que necesitaba salir, despejarse y conocer gente nueva, igual sabía que su ex jamás le agradó a su mejor amigo.
Debería aprender a escuchar a los demás... pensó.
Y esas palabras de su amigo fueron las que lo llevaron a estar ahí, en el parque de diversiones, completamente solo porque Sungmin estaba de viaje con sus padres, le dijo que lo esperara, que irían juntos cuando regresara el viernes, pero estaba cansado de estar llorando y solo ver las paredes beige de su apartamento.
No sabía que hacer, podía subirse al juego mecánico de las sillas voladoras (el más bajo porque el de más altura le daba miedo). Definitivamente la rueda de la fortuna no era una opción, terminaría llorando si subía a esa cosa.
Mmm... ¿el carrusel? Había adultos ahí, así que podría ser, o podría intentar jugar de esos juegos donde avientas la pelota y si aciertas ganas premios, abundaban de esos en el lugar.
Caminar solo por ahí, mirando las parejas que pasaban compartiendo un algodón de azúcar o con ropa de pareja... Donghae esperaba de todo corazón que les fuera mejor que a él.
Se compró una banderilla y fue comiendo mientras caminaba y observaba los juegos. Decidió quedarse a jugar un juego de carreras en el que la tortuga avanzaba si la canica caía dentro de un circulo azul, se sintió feliz cuando ganó después de tres veces.
Ahora iba con un cerdito y media banderilla por el parque, sintiéndose más animado, los podcasts, las palabras de Sungmin y de su madre también estaban empezando a hacer efecto, se estaba divirtiendo.
Jugó en diversos juegos de azar, se subió al péndulo y a las sillas voladoras, él sólito, su papá estaría muy orgulloso de él, lo sentía en su corazón.
Ya casi serian las 11 de la noche y la hora de regresar a casa se estaba acercando, pero no quería irse, quería seguir divirtiéndose como hace tiempo no lo hacía.
—¡Más fuerte! ¡No se escuchan esos gritos!
Muchos gritos se escucharon entonces mezclados con Uptown Funk. Tiró el palito que traía de su banderilla y se acercó apretando a Fran el cerdito al juego mecánico del que procedían los gritos y la música.
—¡Más fuerte, más fuerte!
Y los gritos crecieron y los brazos levantados se veían en el juego.
Divertido.
El Musical Express lo estaba llamando a subirse, tenía miedo, no por la velocidad o algo así, sino que hiciera la vergüenza de su vida vomitando lo poco que había comiendo, bueno, suponía que en lo que había fila podría asentarse más.
Con decisión se acercó a hacer la fila para subirse, aunque era algo larga avanzaba rápido. Mientras estaba en ella se dio cuenta de que era la única persona sola en el lugar, todos iban en grupos o en parejas.
Él sólo iba con Fran.
Miró al pequeño cerdito de peluche y suspiró. ¿Qué más daba? Ya estaba ahí y se subiría, él no dependía de nadie.
Después de unos largos minutos llegó su turno para subirse al dichoso juego. Buscó un asiento que estuviera solo y se acomodó ahí, justo en medio.
Metió medio Fran dentro de su mochila y ahora si, estaba listo, frente a él había tres chicas que estaban grabando todo, lo que era incómodo porque él estaba justo detrás de donde salía la primera chica.

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Love Park [Eunhae OS]
Fiksi PenggemarEn la fila todos iban acompañados, menos aquel chico castaño con el corazón roto. 🎡 Esta historia es completamente de mi autoría por lo tanto: 🛇QUEDA PROHIBIDA TODA COPIA O ADAPTACIÓN🛇