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─Hay una organización criminal no identificada que amenaza con detonar una bomba en el área metropolitana para daña la imagen de la agencia ─ kunikida informaba a los miembros de la reunión
─ sabemos muy bien que estamos entre la espada y la pared ─ Yosano decía mientras ponía su mano en el mentón ─ ahora por favor, cuéntanos más de esa bomba
─ nos hicieron llevar el documento con el mensaje del perpetrador ─ informaba sacando el sobre mientras comenzaba a leer el comunicado
─ ¿Quien es ese tal mensajero azul ─ Fukuzawa preguntaba con irritación
─ Todavía no lo sabemos ─ contesto Kunikida
─ Seguramente esa persona tenga todo preparado para propagar el fracaso de la agencia ─ hablo la doctora y a Kunikida se le marcó una vena ─ nosotros podemos enfrentarnos a cualquier ataque físico, pero situaciones son nuestra mayor debilidad
─ hemos Estados buscando posibles ubicaciones ayer, señor ─ Haruno le hablaba a Fukuzawa ─ pero son demasiadas
─ oigan ─ Kenji levantaba la mano ─ ¿aun no han podido ponerse en contacto con Rampo?
─ Su casi esta en su punto más crítico ─ Les hablo la Secretaría en respuesta ─ pero él quedo en contactarnos en cuanto a trapense al criminal
─ ¿Y Tsuyu-chan? ─ Atsushi llamo la atención de los presentes
─ Lo cierto es que ella está muy estresada con el tema de la niña ─ el presidente hablo ─ sin embargo, es la única capacitada para esto
Antes de que Fukuzawa dijera algo más la puerta de abrió y de ahí paso una joven peli-azul mientras se acomodaba el pelo
─ Que sea la última vez que me molestan cuando estoy ocupada, hablo para ti Kunikida ─ lo señalo con fastidio para luego sentarse al lado de Atsushi
─ Pensé que estarías con la niña ─ Atsushi le comenzo a susurrando mientras kunikida informaba de lo del taxista
─ Bueno... Esta en la cafetería, ahí la cuidaran un rato, luego de la reunión Kenji la cuidara para que yo vaya por lo de la bomba
Informaba, pero era obvio que esto lo había hecho Fukuzawa para que ella descansará un rato de sus fantasmas, Había tenido hace rato unos ataques de pánico y el presidente tuvo que ayudarla, Ella no dejó que nadie se entere, mucho menos su hermano
─ ¿Estas bien? ─ preguntó el chico mientras agarraba la mano de la chica que temblaba levemente
─ Por supuesto que si, Atsushi ─ le sonrió, el asintió no muy convencido para sonreír
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