Be as famous III || Haylor fanfic (harry styles and taylor swift )(3 parte Completa)

Capítulo 12

Me aprendí literalmente la canción. Básicamente por que tumbados en el sofá de la forma más imposible del mundo y con la guitarra encima, le obligué a que me la cantase entera. Lloré las tres primeras veces, la cuarta mantuve el tipo y la quinta me lo estaba comiendo a besos mientras la cantaba. Finalmente la cantamos entre los dos. Cuando dejó la guitarra encima de la mesa nos acurrucamos juntos en el sofá para ver la televisión. Empezamos a hablar de todo, yo trataba de pillarle con la guardia baja pero a diferencia de su hermana él era una especie cofre con cierre hermético. No soltaba nada para mi propia frustración por que quería saberlo todo. Sin embargo me daba miedo por que sus expresiones no eran muy buenas algunas veces y eso me espantaba. Me quedé medio dormida trazando líneas irregulares en sus manos, no sabía que hora era pero no quería que el día terminase. Aún era pronto ya que los rayos de sol que se colaban por la ventana eran fuertes. Me dolía un poquito la cabeza pero nada que una sesión de mimitos no solucionase.

Cuando logré despertarme del todo me asusté al ver a Harry delante de mi con una cámara de fotos de esas profesionales. Vamos que le tapaba media cara, aún así estaba concentrado en lo que estaba haciendo, sacarme fotos.

-Emm...-Murmuré de forma perezosa mientras me estiraba.-...¿Se puede saber que haces Harry?.-Curvó una sonrisa que me dejó seca y que fuese sin camiseta no ayudaba mucho realmente.

-Fotos, te hago fotos.-Puse los ojos en blanco y soltó una carcajada.

-Vale formularé una nueva pregunta. ¿Por que estás haciéndome una sesión de fotos dormida? debo de tener un aspecto terrible.-Me llevo una mano al nido de pelo que tengo en la cabeza y esbozo una mueca.

-Pues justamente por que estás preciosa.

-Sí, claro.-Farfullo mientras me incorporo. Me levanto y a medida que camino hacia él me saca fotos. Le miro y arqueo ambas cejas.

-Lo digo en serio.-Se ríe y deja la cámara para atraparme entre sus brazos. Me besa y a los pocos segundos me giro para coger la cámara y ver las fotos. Como es de esperarse antes de que eso suceda ya me a atrapado. Pega mi espalda a su pecho y mientras gruño como una niña pequeña, él tiene su barbilla en mi hombro.

-¿Por que no me dejas verlas?.-Protesto y siento como hunde sus manos bajo mi camiseta, arañándome ligeramente el vientre.

-Por que vas a querer borrarlas todas y sales preciosa, no puedo permitir que eso pase.-Chasqueé la lengua. Intenté liberarme moviendo los brazos pero me era imposible. Entonces empezó a besarme por el cuello y mis intenciones se fueron a la misma mierda.

-Eres terrible.-Mi voz suena más irregular de lo que debería sonar, pero tenerle tan cerca me duplica las pulsaciones de una forma impresionante, carraspeo y se ríe. Noto como su mano derecha desciende desde mi estomago hacia abajo y mi piel se eriza.

Me mordisquea el cuello a la vez que me lo besa, cierro los ojos de forma brusca cuando noto como su mano se hunde en los pantalones de chandal que llevo y me muerdo el labio inferior al notar como juguetea con el elastico de las braguitas. Bueno, parte baja de bikini, lo que sea.

Mis neuronas se van de viaje a Jamaica y tengo la osadía de colocar mi mano sobre la suya, me acaricia ligeramente por encima y me vuelvo loca. Tengo la necesidad de fundirme en él, de echo me estoy derritiendo. Saca la mano del interior de mis pantalones y sin pretenderlo un quejido de protesta se escapa de mi boca. Suelta una carcajada burlona y me gira de forma brusca. Me mira fijamente, tiene una mirada oscura, una mirada ardiente. Diferente. Nuestra diferencia de altura no es mucha pero la suficiente como para que rodeé mi cintura y me eleve ligeramente pegandome contra su cuerpo. Me besa y pierdo el norte, el sur y todas las direcciones. Camina conmigo encima, rodeandole el cuello como si de una garrapata se tratase, nos vamos chocando con todas las puñeteras puertas mientras nos comemos los morros y entonces nos mete en una habitación que no había visto. Es pequeña, es un mini gimnasio. Cerca de la puerta hay varias para colgarse, el solo echo de imaginarmelo haciendo ejercicio hace que mi cuerpo queme. Me baja de su regazo y me deja apoyada en la puerta, haciendo que ésta se cierre al contacto con mi espalda y me besa antes de volver a separarse. Se palpa en los bolsillos y da con lo que busca, el pequeño envoltorio plateado. Sonríe de una forma casi morbosa y oscura mientras me come con los ojos. Sin pensarselo más de dos veces, da dos zancadas, me baja los pantalones (bragas incluidas) y tira de la parte de arriba hasta dejarme desnuda.