Una de las cosas que más me gustaban (y asustaban) de mi novia era que ella siempre me sorprendía de alguna manera.
Como la vez que, luego de evitarme durante una semana, me envió un "Tenemos que hablar" por mensaje de texto.
No, ese no era el mejor ejemplo para dar.
Estaba saliendo de un entrenamiento cuando vi el mensaje y di por sentado que simplemente estaba creando un ambiente dramático, como le gustaba hacer. Probablemente sólo quisiera hablar sobre cuándo nos veríamos o algo así.
¿No?
¿...No?
A mi espalda las chicas del equipo de lacrosse terminaban de cambiarse mientras charlaban entre ellas y el vapor que se levantaba había empañado la pantalla del teléfono. Me sequé el rostro con una toalla mientras salía del vestuario y le respondí algo rápido con la mano que tenía libre.
"No se vale terminar conmigo."
Tomé mi bolso de la banca y atravesé la puerta de entrada.
Una gota de agua cayó sobre la pantalla y la foto de perfil de Charlie se abrió cuando pasé la toalla para limpiarla.
En la imagen ella estaba sobre un escenario tocando la guitarra. Las luces hacían que su cabello rosa se viera casi rojo y sus ojos estaban cerrados.
—¿Otra vez estás viendo su foto y suspirando? —preguntó una voz a mi espalda.
Quité la fotografía y aparté el teléfono como si hubiera sido atrapada haciendo algo malo. Detrás de mí estaba Alana, una de mis mejores amigas y compañera de equipo.
Ella era lo suficientemente alta como para espiar por encima de mi hombro y por su cabello mojado supuse que también acababa de salir de las duchas.
—No estoy suspirando. No sé de qué foto hablas —balbuceé, avergonzada por haber sido atrapada.
—A ver.
Los ojos de Alana pasaron de mí a la pantalla del teléfono y me di cuenta tarde de que no lo había bloqueado. Ella tardó sólo un segundo en leer el mensaje de Charlie y supe por la mueca que hizo que pensó exactamente lo mismo que yo.
—Eso no se ve bien.
—Estoy segura de que no es lo que parece. —intenté defenderla, como si tuviera que hacerlo.
El viento sopló en nuestra dirección y me estremecí. A nuestro lado pasaban algunos jugadores que entraban o salían de los vestuarios.
—No, no, claro que no. —Alana se enderezó e intentó verse despreocupada, pero no era la mejor actuando—. Podría querer hablar de cualquier cosa. Quiero decir, no hay razón para que quiera terminar contigo ¿No?
Presioné los labios y no respondí.
No es que nos hubiéramos peleado, pero tampoco sentía que estuviéramos en nuestro mejor momento.
No veía a Charlie desde hacía casi seis meses, en mi cumpleaños al comienzo de las clases. Después de eso ella tuvo que volver a la universidad y no volvimos a encontrar el momento adecuado para visitarnos.
Teníamos una distancia de casi siete horas en auto y las dos siempre estábamos ocupadas con nuestras cosas. Que el proyecto, que los entrenamientos, que los ensayos o el examen. Después de un par de meses simplemente dejamos de intentarlo con tanto entusiasmo.
Se suponía que Charlie volvería a la ciudad durante las vacaciones de invierno, pero acabó cancelando el viaje a último momento para quedarse estudiando. Le hice una pequeña visita pero comencé a creer que me estaba evitando y mis sospechas no hicieron más que crecer cuando dejó de responderme los mensajes con tanta regularidad.

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The girl in red (Libro 2)
Teen Fiction¿Qué harías si un día, después de estar meses lejos, tu novia reapareciera y te propusiera formar una banda? -.-.-.-.- A mitad de su primer año en la universidad Andy se da cuenta de que las cosas no seguirán igual de tranquilas como lo estuvieron...