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Aquí en Tagus siempre hemos amados los juegos, solo que ahora son más peligrosos... ¡Hey, espera un momento, eso no es un juego!

ELLA.

—¡Bienvenidos a Tagus, viejos y nuevos ingresos! ¡Soy Tood el ornitorrinco, la mascota oficial! ¡Esta feria de bienvenida es para que puedan encontrar los clubes a los que van a unirse, explorar el campus y por supuesto conocer gente nueva con quien manosearse, perdón, con quien pasar el rato o hacerse amigos con derechos!

«Hola, Tood» lo saludé mentalmente.

Él estaba sobre la tarima, y su voz resonó con ánimo por todo el parque central de Tagus. Yo no era muy fan de tener personas alrededor, y me molestaba un poco que hubiera tantas, pero tenía sentido por ser la feria. Todos caminaban mirando los stands de clubes, de comida o de juegos.

De hecho, uno de mis pensamientos fue: «es un buen lugar para que algo horrible suceda, porque nadie se lo espera».

Pero, ¿quién no ha tenido esa voz intrusiva que hasta dice que eres capaz de matar? ¿O que te puedes lanzar del auto? ¿O que podrías abofetear a una persona?

Hm, según expertos, solo basta con hacerla callar.

—De seguro saben este chisme —siguió Tood por el micrófono con voz dramática—, pero si no lo saben (por alguna tonta razón), les cuento que por primera vez en muchos años desde que se cerró, el club de los fundadores volvió a abrirse y en este semestre estará aceptando nuevos miembros. —Su tono se volvió sorprendido y pretencioso de forma intencional y graciosa—: ¡Lo sééé, fue y todavía es el club más exclusivo, high, de mega altus estatus de todo Tagus! ¿Quién no quisiera unirse? —Tood vio a alguien que iba pasando frente a la tarima y lo señaló con una preocupación exagerada—: Seguro que tú, amigo, tienes cara de que no quieres ni vivir, ¿sabías que tenemos un psicólogo en el edificio norte...?

El chico señalado abrió mucho los ojos y miró hacia todos lados, apenado, porque algunas personas lo miraron y se rieron por el comentario. Pero así era Tood la mascota, ¿no? Burlón, perverso y raro. Nadie se lo tomaba en serio, no era para tanto, nada era personal, solo buscaba entretener.

—¡Bueno, este año las admisiones serán diferentes! —continuó, caminando por el escenario, muy confiado—. El líder del club va a aceptar sus formularios y toda esa cosa, pero, PERO, aquí su sensual salvador, que está solicitando besitos para más tarde, les consiguió la oportunidad de la vida. No me pregunten qué tuve que hacer... El punto es que justo ahora haremos un juego especial, y la persona que gane tendrá la entrada ASEGURADA al club. Sí, tan asegurada como la marca de condones que uso porque un mini me no sería una bendición para el mundo... —Volvió a señalar a alguien que iba pasando cerca—: Tú, deja de juzgarme.

Esa vez, la chica que tenía ese tipo de cara que cuando te mira fijamente parece que te está juzgando hasta el alma, se vio sorprendida por el señalamiento y luego caminó muy rápido con desagrado para que no la miraran. Pero Tood continuó con la información, divertido:

—De acuerdo, de acuerdo. ¿Quién va a querer participar? Acérquense a la tarima y desde sus Tablets o teléfonos entren la aplicación de Tagus. Encontrarán un banner que anuncia el juego, selecciónenlo y llenen el registro. Y nada de preguntar de qué se tratará. No es póquer, porque está prohibido, ya lo sabemos, así que es como en el Juego del Calamar, y me refiero a que no tendrán ni puta idea de qué haremos, pero deben inscribirse de una vez y luego no habrá derecho a salir corriendo, ¿okey?

Empezó a saltar para atraer a la gente, aunque ya estaba hecho. Gracias a los altavoces ubicados en todo el parque, muchos ya lo habían escuchado y el interés se había despertado de golpe, tal y como se despiertan esos pensamientos intrusivos. Así que ya se estaban acercando, ansiosos, curiosos, peligrosos...

Uno de nosotros va a morir © [Perfectos Mentirosos 2da Generación]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora