Entre Flores y Besos 🌼

Capítulo #2

Sus dientes se apretaron con rabia, desenfundó su katana y de un salto acabó con todos sus enemigos. Sus ojos carmesí registraron en cámara lenta como su katana les rasgo la garganta, como se incluyó en su corazón y como les partió el cráneo. La escena frente a sus ojos era un espectáculo muy jodido pero lo peor era estar cubierto de esa cosa biscosa y con un olor penetrante llamada sangre.

Luego se paso entre los cuerpos y se agacho para ver debajo de la mesa. Allí estaba una niña de no mas de cinco años, temblando y totalmente consternada por la posa de sangre se su alrededor.

—¡Estás a salvo, pequeña!

La niña levantó la mirada y se asustó al verlo bañado de sangre. Provocando que se alejara.

—¡Soy Sasu!—le dijo con calma, recurriendo a la forma como la niña lo llamaba.

La niña de ojos verdes le tomo un momento reconocer su voz y luego el nombre como llamaba al chico que había estado en su aldea ayudando. Sabía que estaba a salvo pero la imagen del hombre que le daba la mano era muy perturbadora. Con sigilo salió por debajo de la mesa y rodio el cuello de Sasuke.

Sasuke sonrió y la abrazo mientras se ponía en pie.

Todo había empezado esa mañana cuando despertó nuevamente en esa aldea. Una aldea muy lejos de Konoha que ayudaba a reconstruir después de la guerra. Todo había estado tranquilo hasta que unos pobladores llegaron diciendo que una niña había sido secuestrada por otra aldea que les disputaba territorio.

No tardaron en encontrar a los secuestradores y la pelea no tardó en detonar. También era obvio que había ganado y que había acabado con unas lacras pero aún así sentía que con cada muerte se volvía su alma más oscura. Lo aceptaba, ser el no era fácil pero el sacrificio era lo que necesitaba para espiar su pecados.

Salió del lugar donde la tenían secuestrada y se la entrego a sus padres en el justo momento que un niño de más o menos la misma edad aparecía entre los arbustos con un montón de pescados en su caña. Sus ojos negros se sorprendieron al toparse con el, lleno de sangre y con el pelo revuelto.

Esperaba que el niño gritara y dejara tirados los pescados al haberse confundido de camino pero nada lo preparo cuando el niño grito algo muy diferente.

—¡Papá! ¡Tío! ¡Papá! ¡Hermano!

El niño dejó tirado los pescados y entro en la casa dejando a todos los presentes estupefactos. Sasuke apenas si podía creer lo que sus ojos estaban viendo y esperan que el niño se hubiese confundido.

Un grito desgarrador rasgo el aire y Sasuke sintió que su corazón se partió en miles de pedazos. ¿Quién dice que esos malechores no tienen hijos? ¿Quin dice que no son seres humanos con familia?

Se podía decir que las personas malas no debían tener hijos pero en un mundo cruel como en el que vivían, era algo muy normal y sin pensarlo mucho un nuevo peso se instaló en su pecho. Había dejado a un niño sin familia.

—¡Sasuke!

La voz de los aldeanos lo saco de sus pensamientos e hizo que levantase la vista para verlos.

—¡Es hora de irnos! ¡Necesitas un baño y ropa limpia! ¡Vamos!

Más sus palabras solo hicieron eco en la mente de Sasuke. ¿Acaso no les importaba el niño? ¿Acaso pensaban abandonarlo? Quizá ellos no eran menos culpable que el pero el tenía aún algo de corazón.

Así que entró de nuevo y vio al niño con las rodillas postradas sobre el sucio suelo. Las lágrimas corrían por su rostro con impotencia y golpeaba el pecho se unos de ellos.

—¡Despierta papá! ¡No me dejes! ¡Papá!

Sasuke se acercó pero no sabía cómo ayudar a su dolor, no cuando el era el culpable. Apretó su puño contra su pecho y se dio la vuelta para regresar por dónde había venido.

—¡Asesino! ¡Ojalá te pudras en el infierno! ¡Tu y toda tu maldita generación!

Para ser un niño pequeño sabía más de la vida de lo que aparentaba además de maldecirlo cómo se lo merecía.

Lo miro por encima de su hombro y luego salió. En las afueras aún los aldeanos lo esperaban, confundidos por su repentino interés por el ahora huérfano infante. No lo soporto y huyó de ellos.

Huyó por el bosque, muy lejos de ellos, sin saber a dónde lo llevaban sus pasos. Corrió hasta que sus músculos ardían demaciado por el esfuerzo y se tropezó con una rama. Su cuerpo se elevó por los aires y cayó sobre el suelo tierroso.

El golpe le saco el aire de los pulmones y por largos minutos no pudo respirar. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus ojos y sin querer se vio a si mismo de pequeño cuando su hermano había acabado con la vida de sus padres.

Itachi tenía una razón para acabar con su familia, así como el tenía una razón para acabar con la vida de esas personas más el dolor que había causado era muy comparable al suyo. Ese dolor jamás desaparecían y solo alimentaba las ganas de hacer justicia en forma de venganza. Eso tampoco le trajo nada bueno en su vida y comprendió que ese mismo camino le había dejado al niño.

Había cometido un error y así de que servía su viaje de expiación. No, no tenía perdón y así no podía soñar con un día regresar a la aldea para poder merecer el amor de Sakura. No merecía ser feliz, no merecía ser amado y tampoco podía soñar con restaurar su clan.

Con ese pensamiento se puso en pie, su cuerpo tambaleó y luego se dejó caer en en la sombra de un árbol. Alguien como el no merecía una redención y cuando más antes lo entendiera, mejor.

Naruto no merecía tener un amigo cómo el, Sakura no merecía que la vieran como la mujer de un psicópata, de un asesino. Su clan no merecía existir porque estaba destinado a cargar con todo el odio de los Uchihas y también con sus errores.

Estaba decidido

No regresaría jamás a la aldea...

🌼🌼🌼

¡Hola mariposas!

Uff un capítulo complicado a mi parecer.

Creo que como seres humanos se pueden cometer errores siempre a veces luchando por la justicia sin saber que en el camino podemos hacerle daño a inocentes.

Creo que lo importante en estos casos es pedir disculpas y tratar de vivir con ello.

¿Que les pareció a ustedes?

Nos vemos pronto mariposas
Besos y abrazos
Lia Diso 💙