Habiendo regresado a la calle comercial, Subaru inmediatamente comenzó a hacer todo lo posible para localizar a No-Satella.
Aunque, todo lo que realmente podía hacer era mirar a la multitud con los ojos tan abiertos como platos. En el tercer mundo, no estaba muy lejos de la frutería cuando la encontró, así que decidió posicionarse allí por ahora. Subaru podía ver el rostro del tendero por el rabillo del ojo y su expresión parecía bastante severa.
"Nuestra reunión no fue tan bien esta vez... ¡Pero sé que en el fondo eres un gran tipo! ¡Lo sé!"
Subaru le dirigió una sonrisa y un pulgar hacia arriba, y el comerciante inmediatamente desvió la mirada con una expresión que parecía haber visto algo desagradable.
Subaru se sintió algo solo cuando retiró su pulgar y una vez más dirigió su mirada hacia la calle.
La calle estaba llena de todo tipo de gente como de costumbre.
Diversos habitantes de un mundo de fantasía, y entre ellos Subaru vio lo que quizás uno podría llamar un hombre bestia, un ser bípedo parecido a un perro que tenía un pelaje increíblemente esponjoso que lo asustó. Quería sentirlo, realmente mal.
"¿Qué pasa con esa belleza? Ya han ganado al nacer, al igual que Reinhardt o Not-Satella, es pecaminoso".
Su andar era tambaleante debido a su baja estatura, dándoles el encanto de un pequeño animal.
"Kh... Cálmate, mi brazo derecho... Este no es el momento de tocarlos, ¿has olvidado por qué estamos aquí?"
De alguna manera obtuvo el control de su brazo que iba a alcanzar ese pelaje blanco, y después de verlos alejarse con pesar, volvió a mirar a su posición original.
Sin embargo, ya habían pasado casi diez minutos desde que comenzó a mirar el camino, y no encontró a nadie que se pareciera a ella. Al confirmar la hora en su teléfono, descubrió que había pasado casi una hora desde su reinicio.
"Mi sentido del tiempo se siente apagado, pero al desconectarme de mis recuerdos, sería extraño si el robo no hubiera ocurrido a estas alturas..."
Mientras decía esto, una premonición desagradable de repente pasó por su mente.
Una vez que sintió el escalofrío de la duda, no había forma de escapar. Subaru se rascó la cabeza y dejó escapar varios 'Aahs' y 'Oohs', y sin tener otra opción, caminó hacia el puesto frente a él.
"Oye, viejo".
"Qué, chico arruinado".
De pie frente a él estaba el dueño de la frutería, claramente molesto porque Subaru se atrevió a mostrar su rostro nuevamente mientras respondía.
Cierto o no, esa era una forma bastante dura de decirlo, pensó Subaru mientras forzaba una sonrisa, y sin desanimarse,
"Es cierto que estoy arruinado, así que no lo negaré, pero... Hay algo que quiero preguntarte, viejo. ¿Ha habido un incidente de carteristas por aquí?
"Tienes algo de valor para hacer preguntas sin siquiera comprar nada... Además, es una lástima, pero ese tipo de cosas realmente no es nada inusual".
"¡¿En serio?!"
Subaru no pudo evitar levantar la voz sorprendido por esta respuesta mezquina. Pero no era como si no entendiera. Para empezar, la casa del botín era un lugar donde se reunían los objetos robados de toda la capital. Había suficientes robos para llenar ese almacén gigante, lo que daba una idea del nivel de orden público por aquí.
"¿Esto significa que no tengo suerte...?"
"―Pero, recuerdo la conmoción de hace un momento ya que era inusual. Verás, hubo dos o tres ráfagas de magia. Echar un vistazo."
