Ice love -Pjm (One-shot)

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– Mal, mal, mal, toda la rutina está mala Taeri, no me transmites nada, si haces esto en la competencia perderás cualquier oportunidad de medalla – habló malhumorado Jimin – No entiendo que te tiene tan distraída Moon, faltan 2 semanas, a nada de las olimpiadas.

– Lo siento entrenador Park, no sé qué me pasa, no puedo conectar con la coreografía – exclamé saliendo de la pista– prometo mejorar, pero por hoy ya no puedo.

– Ok, ve, descansa por hoy, pero mañana te espero aquí desde temprano, tienes que ensayar tus otras presentaciones, probar vestuarios, hay que llenar el papeleo..., ¡hay mucho por hacer! – moviendo su cuello a los lados para que este emitiera un sonido que me daba miedo, sabía que Jimin estaba bajo mucho estrés – lo haces bien Taeri, pero tienes que mejorar si quieres llegar a la final – el hombre transmite seriedad y ternura, era un hombre perfeccionista, duro, pero comprensivo –.

– Lo sé entrenador, prometo mejorar, no lo defraudaré – me disculpé con una pequeña reverencia –. Iré a cambiarme – sonreí sin mostrar mis dientes para luego dar la vuelta hacia los vestidores –.

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Park Jimin, un hombre fuerte y delicado. SÍ, esa descripción es posible que la posea una persona y ese es mi entrenador.

Lo conocía desde los 10 años, el tenía 20 en ese entonces y era "el príncipe del hielo", amado por toda Corea y el candidato número uno para ganar la medalla de oro en las olimpiadas de aquel año, lamentablemente un accidente de automóvil horas antes de la competencia provocó que no pudiera participar en los juegos y peor aún, tuvo una lesión en la rodilla que perjudicó su participación en todas las competencia, por lo que terminó retirado a tan corta edad; pero Jimin no es de las personas que se rinden, es un hombre que hará lo posible por salir adelante, así que al año siguiente fue presentado como el nuevo entrenador de la federación y así han pasado 9 años.

Él era mi gran inspiración al patinar, lo normal sería que yo admirara a las grandes patinadoras que ha tenido el país, pero ninguna persona lograba captar tanto mi atención. Verlo patinar era mágico para mí. A los 12 años lo miraba como el lindo entrenador que tenía a su cargo a los adolescentes de la federación, lo admiraba en demasía. A los 15 tenía un crush con el entrenador Park, aunque no lo admitía y trataba de convencerme que era "solo admiración". Un año después me lo asignaron como entrenador, había logrado mejorar y miraban en mi el potencial necesario para aumentar mis entrenos y enviarme a competencia más importantes, ahí lo supe, Jimin no solo era mi modelo a seguir, yo lo quería, aún así dejé de lado mis sentimientos.

Por lo que ahora llegamos al presente, a mis 20 años y mis primeras olimpiadas, era tarde para mi, probablemente sí, habían chicas de 15 años compitiendo, pero no importaba yo amaba patinar y ganar las competencias era ganancia.

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– Taeri -Jimin se asomó por el marco de la puerta antes de entrar al vestidor – lamento ser muy duro contigo, pero sabes que es por tu bien, es tu gran oportunidad Moonie, quiero que logres lo que mereces – su mano acarició la coronilla de mi cabeza y sonrió –.

– Gracias Jimin, se a qué te refieres, pero en serio no logro conectar con la historia, debo reflejar sufrir por amor, ¡joder! tú sabes que no tengo vida amorosa – bromeé codeando su costado – no sé por qué elegimos este tema.

–Taeri, creo que deberías pensar más a fondo, ¿acaso no hay nadie que te guste? – Se inclinó para quedar a mi altura – ¡no! claro que no – titubee –.

– Se muy bien cuando me mientes chica – su mirada dulce reflejó angustia en un pestañazo – tal vez sí sepa quien te gusta...

– ¿Qué? ¿hablas enserio? – mis ojos no podían abrirse más, estaba a tope por la sorpresa que provocaron en mí sus palabras –.