⚖️ Capítulo I ⚖️

4 0 0
                                    

Capítulo I

Copenhague, Dinamarca.

Joelle Lambert

Frío...

Nieve al rededor...

En una mesita de madera, desgastada y pequeñita estaba mi madre esperándome —Joelle, cariño, ya está lista la cena— llamó mientras jalaba su silla para sentarse.

—Ya voy, madre— respondí mientras terminaba de ponerme los zapatos.

Salí de mi habitación y me encamine hacia la mesa para sentarme a cenar.

Luego de un rato de silencio.

—¿Que tal el instituto?— preguntó para poder acabar con la tensión del momento.

—Muy bien, creo... La verdad es que no se hace mucho ahí, ya estoy aburrida de todos en el instituto son unos completos incompetentes a excepción de Karim y Lucy, claro — respondí mientras bajaba la mirada a mis manos sobre mi regazo.

—¿Por qué dices eso cariño?

—No sé madre, Lucy dice que debo de ser más empatica con ellos— comenté —Pero no creo que haya algo en mi que haga que Celina y Sofía se sientan tan intimidadas.

—¿No Celina es tu amiga también?— preguntó tan asombrada.

—Si mamá pero la verdad yo creo que hay algo raro en Sofía que no me termina de convencer y se que si tengo razón en cualquier momento esa mojigata tratará de hacerme daño de algún tipo y si me lo esperaría pero no de Celina...

—¿Por qué no me habías dicho que tenías problemas en el instituto, Joelle?— cuestionó mientras me veía fijamente con esos ojos azules tan profundos que a pesar de que los tengo iguales a ella, no dejaban de parecerme tan intimidantes.
—Además, no tiene nada de malo que Lucy te aconseje, deberías de hacerle caso y con respecto a las demás niñas no sé porqué dices eso— añadió.

Sé que realmente no necesito un hombro para llorar pero había algo en Lucy que me parecía interesante, su personalidad me hacía estar bien y en confianza con alguien, cosa que no sucede todos los dias.

—¿Por qué habría de haberlo dicho? Además, Madre, no sé tú pero no creo que sea algo extraordinario y hermoso pasar todo esto con la gente del instituto y a eso sumale vivir en una pocilga. Créeme, no es algo que me genere orgullo.

—¿Te avergüenzo, Joelle?

—¿Por qué tanto interés en saber sobre mi vida y lo que siento? Si cuando te pregunto más sobre ella y lo que yo quiero saber de mi propio pasado y con mi padre tú no dices ni una sola palabra, te quedas callada, madre. Ahora dices que quieres saber si me avergüenzo, por favor. Cuándo yo ni sé un carajo de ella— comenté mientras pude ver cómo le cambiaba su facción de sorprendida a nostálgica.

Silencio...

—Me voy— interrumpí, mientras levantaba mi plato para llevarlo al fregadero.

—Te prometo, Joelle que haré las cosas mejor para ti— susurró mi madre buscando mi rostro para que viera su cara de preocupación.

Solo la vi de reojo —Hazme un favor y concentrate en tomarte tus medicinas, no necesito que estés atrás de mí en cada paso— me dirigí de vuelta a mi habitación, no me parecía apropiado que exigiera algo que no hace. Nunca podíamos estar mucho tiempo sin pelear o recordar el porqué sufríamos día a día solas y sin dinero pero no podía juzgarla ha luchado todo este tiempo a pesar de todo.

Al día siguiente me encamine hacia el instituto, pude observar que el invierno poco a poco se adentraba a la ciudad, el césped, las casas y todo al rededor se comenzaba a tornar de un blanco puro y un frío invernal que te irritaba hasta los huesos. Mi madre fue diagnosticada con cáncer hace un par de días y aún no sé cómo canalizar la rabia que siento hacía la vida y los golpes desgarradores que les da a los más pobres.

JOELLE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora