─Monkey D Luffy siempre ha sido alguien particular, así que, no es una gran sorpresa que el reencarne en un espíritu, ¿es eso tan siquiera posible?
Bueno, el nuevo rey siempre encuentra un modo para sorprender a quienes le rodean, ¡acompáñalo en est...
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—New things.
Todo yace en una completa oscuridad, parpadea, parece tallarse los ojos y alza la mirada, pero eso es un error, delante suyo se encuentra una grotesca imagen, su mejor amigo, un puño de magma le ha atravesado el pecho.
Quiere gritar, llorar y maldecir, pero nada sale, lo único que puede sentir es como alguien ha tomado su mano con fuerza y ha murmurado su nombre.
[. . .]
El muchacho rubio suelta una maldición al aire, continúa trotando mientras que guarda su celular en su bolsillo trasero, unos pasos delante suyo flota el joven fantasma, que mueve su cabeza a cada lado en busca de su otro hermano, pues le siente en este tercer piso. El rubio se detiene un momento para tomar aire, el subir escaleras sin detenerse es realmente cansado, está por decirle a su hermano menor que se detenga un momento, más este ha soltado un chillido y ha salido disparado a un lugar.
Preocupado gira su rostro y suspira de alivio, al ver que se está dirigiendo a cierto muchacho azabache pecoso, aunque, frunce un momento sus cejas, pues el mayor se encuentra charlando con un peli azul, que yace sentado, por un momento parece que se encuentran discutiendo.
—¡Ace, al fin te encuentro! —chilla feliz el fantasma, estrellándose contra su hermano y le abraza con fuerza.
El acto ha tomado por sorpresa al mayor, que hasta incluso casi pierde el equilibrio, está por darle una palmadita a su hermano, cuando cae en cuenta de algo.
—¡Me estas/lo estas tocando! —Han exclamado al unisonó ambos hermanos mayores, cabe mencionar el rubio se ha detenido y yace señalando a los otros dos.
El pobre peli azul tan solo pasea su mirada entre ambos chicos.
Luffy lentamente se aleja de su hermano y le mira fijamente, luego mira sus brazos y de nuevo al otro, de a poco sus ojos se van ensanchando y finalmente suelta un grito.
—¡Te puedo tocar! —exclama alejándose finalmente.
Ace está dispuesto a asentir y hacer un comentario, más no es posible, el fantasma ha estrellado su mano contra su rostro, dos veces seguidas antes de reír y flotar alrededor.
Sabo mientras que se acerca mira atentamente a su hermano, primero se ha aparecido mencionando el sentirles, a lo cual no le encuentra mucho sentido y ahora, puede tocarles, ¿a qué se debe? Decidido a no fundirse el cerebro en este momento, mejor se centra en su hermano y compañía, y en especial en el detalle de que posee un poco sus ojos rojos.