dos.

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esa noche se fue a dormir con calor en el pecho, un calor abrazador que lo condujo suavemente al mundo de los sueños mientras el castaño abrazaba su almohada tratando de mitigar el bochorno que sentía en cada centímetro de su ser, como si hubiese estado expuesto bajo el sol durante horas y horas. su madre le tomó la temperatura y estaba perfecto, pero la sensación venía de dentro, de lo más profundo de su corazón.

一 ¡venga, que se levante solo!

mamá dijo que debía alejarse. que ese muchacho sólo traería problemas, que su nombre estaba maldito. le pidió con las manos juntas, sujetando las suyas que prometiera que se alejaría de bang y de todo lo que tuviera que ver con él, antes de subir al tren que la llevaría a la ciudad, lejos de su pequeño por semanas enteras en las que iría a trabajar para sacarlo adelante.

minho prometió que se alejaría. mintió. y pidió perdón al cielo en su plegaria de esa noche en la que también, con el corazón estrujado, imploró su madre estuviese a salvo.

一 ¡arriba, hijo del diablo!

le sudan las manos, le tiemblan los labios y la pared que sostiene su espalda está húmeda por la tubería rota. tiene el rosario entre los dedos cuando escucha el eco del cuerpo de chan estampando contra el suelo, las risas de sus matones y los quejidos roncos de dolor. no sabe pelear, no sabe insultar, posiblemente se termine orinando encima del miedo, pero da un paso adelante con toda la fuerza y la convicción que hay en su interior para encarar la situacion de frente y sin miedo.

一 ¡basta! 一 su cuerpo se sacude en espasmos de pánico, sus ojos se llenan de lágrimas al enfocar al pelirrojo en el suelo que tose sangre 一 ¡le... le están haciendo daño!

chan alza apenas la vista para verlo, un pómulo hinchado y los labios carmín sangre, heridos.

一 v-vete... 一 susurra sin fuerzas, apoyado de sus antebrazos 一 corre... ahora...

pero minho no va a huir. no va a salir corriendo con miedo. no cuando el cuerpo le quema y la valentía le corre por las venas. no cuando chan está herido.

一 hey, ¿qué es esto? 一 uno de los mayores sonríe con malicia, mirando de pies a cabeza al castaño del suéter crema que sostiene entre sus dedos un rosario 一 ¿es una broma, no?

一 déjenlo ir 一 demanda el castaño, un paso adelante con fuerza 一. ¡no les ha hecho nada malo!

chris logra ponerse de pie, se sujeta un costado; visiblemente herido, mientras con la otra mano sujeta el borde del contenedor de basura que le sirve de apoyo.

一 minho... en serio, vete.

pero no podía abandonarlo, no cuando su corazón latía fuerte siempre que distinguía su perfume al entrar a la iglesia, sujetando el brazo de su abuela. no cuando le sonreía apenas lo suficientemente desde su banco en clase o rozaba sus dedos al pedirle un bolígrafo, sintiendo que la piel le ardía sin dolor alguno. no podía simplemente irse, cuando estaba ahí de pie tratando de ser fuerte por ambos, dando todo de sí para  o caer sobre sus rodillas, mientras minho huía cobardemente. no podría hacerle eso.

一 no 一 y avanza, un paso más, con las manos hechas puños. 一. si van a lastimarlo, háganlo conmigo. ¡él no puede soportarlo más!

uno de los chicos que golpeaban al alto chico se ríe, pero con ganas, con veneno en cada carcajada dirigida al menudo chiquilo que trata con todas sus fuerzas de ser valiente por los dos. se acerca con una mano al frente, señalando con un dedo ir lo atraviesa y lo lastima, con los ojos entrecerrados dispuestos a disparar como dagas.

𝗳𝗶𝗿𝗲𝗹𝗶𝗴𝗵𝘁,  𝖻𝖺𝗇𝗀𝗂𝗇𝗁𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora