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Estoy en la farmacia

una chica entra y

pide la pastilla

del día después

la farmaceuta

le pregunta para qué la quiere

la chica baja la voz

la respuesta es obvia

para tomarla

la farmaceuta

la mira con la inquisición

sobre el hombro

no te la puedo vender

le miente

tenés que tener receta

la chica se va

le pido una pastilla

del día después

a la mujer

me mira

le digo que tengo

más de 20

y que su venta es libre

protesta

pero me entrega

el paquete

como si de un pecado

se tratara

tomo el pecado

y corro hacia la chica

le cuento cómo usarla

le pido que le avise

a alguien

que no tenga vergüenza

que no tiene nada que ocultar

llora

me dice

qué difícil es ser mujer

voy a prometerle

que se hace más fácil

pero observo la bolsita

que sostienen

sus manos temblorosas

y decido que no quiero mentirle

ser mujer en este mundo es difícil. 

Todo lo que duele tiene rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora