Todobaku - Soulmate

3

Los dos pelearon, aunque no se sentía como una batalla sino más como una lucha por la identidad y Todoroki estaba perdiendo. Había una tensión dentro de él mientras luchaba mentalmente consigo mismo por algo que ni él mismo sabía que quería.

Y luego todo cambió y las llamas brillantes y besadas por el sol brotaron de Todoroki como un fénix atronador. Bakugo fue absorbido instantáneamente ya que las llamas parecían estar sofocando cada vertido a través de su cuerpo.

Quería estar bajo esas llamas, enfrentándolos cara a cara en una feroz batalla. Ansiaba el toque ardiente de ellos y quería ver hasta dónde podía llegar Todoroki, qué tan calientes podían llegar a ser esas llamas. Pero, sobre todo, quería seguir mirando esas llamas mientras parpadeaban de un lado a otro y lo consumían por completo.

Necesitaba luchar, ahora mismo.

Así que dominó a sus últimos oponentes con la clara esperanza de que Todoroki hiciera lo mismo. Y lo hizo, pero con su hielo que enfureció a Bakugo sin fin.

Quería volver a ver esas llamas, quería luchar contra esas llamas, así que se lo dijo a Todoroki y salió de la sala de espera poco después.

"Espera", dijo Todoroki, todavía sentado en su silla. "Midoriya y yo decidimos seguir siendo amigos". Las palabras salieron de su boca antes de que supiera lo que estaba diciendo.

Bakugo se dio la vuelta con dureza. "¡¿Y por qué diablos me lo dices?!" Respondió bruscamente, deteniéndose cuando vio la mirada en el rostro de Todoroki. Era como si estuviera tan confundido como Bakugo, sin saber por qué dijo esas palabras.

"Yo... no lo sé", dijo Todoroki, mirando hacia abajo como sus manos en confusión. Ya no tenía idea de lo que estaba pasando o de lo que quería.

"Solo asegúrate de usar tus llamas", murmuró Bakugo, cerrando la puerta detrás de él. Todoroki podía ser tan raro como quisiera, no le importaba.

Mientras usara su lado de llamas, Bakugo estaría satisfecho.

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Bakugo lo había dejado elevar sus expectativas para Todoroki, permitiéndose pensar que el hombre le daría un desafío legítimo. Pero estaba decepcionado.

Todoroki no solo no usó su lado de la llama, sino que ni siquiera llegó a Bakugo con un estado de metal sólido. Estaba claramente confundido y obviamente no sabía lo que quería. Bakugo no quería perder el tiempo luchando contra alguien que no usó todo el poder a su disposición para ganar.

Estaba en la U.A. porque quería ser un héroe y todos a su alrededor querían hacer lo mismo, así que enfrentarse a alguien que no estaba seguro era un insulto.

Bakugo no merecía tal victoria. Quería el primer lugar porque se lo merecía y trabajaba duro todos los días para conseguirlo, no porque algún bastardo decidiera dejarlo cojear.

Estaba más que enojado y quería volar todo por los aires. Comenzando con ese maldito bastardo Mitad-y-Mitad.

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Después de la victoria de Bakugo, Todoroki quedó más destrozado de lo que nunca se había sentido en toda su vida. Una cosa era ver a alguien más tener un colapso y otra tener uno mismo.

Sabía que ese sería su punto de inflexión. ¿Seguiría el camino que hizo para sí mismo o caminaría por el que creó su padre? No tenía idea pero primero quería aclarar las cosas con Bakugo.

El hombre obviamente estaba enojado, todos lo sabían ya que prácticamente estaba encadenado como un animal. Después de la ceremonia de premiación, el personal les había dicho a todos que lo dejaran en paz para que pudiera desahogarse mientras limpiaban el estadio.

Todoroki caminó hacia él, notando el metal dorado tirado en el piso en lugar del bozal que usaba antes. Esto no le impidió amortiguar las oscuridades hacia Todoroki mientras se acercaba a él.

Todoroki miró a Bakugo durante un par de segundos, sin saber qué decir. "Lo siento", murmuró, respirando con dificultad. "Me gustaría decirte algo...".

Y luego pasó a contarle a Bakugo su historia sobre él, su padre, su madre y su peculiaridad maldita. Le contó a Bakugo todo sobre su dolor, sus sentimientos y su corazón atribulado hasta que se lo abrió por completo a Bakugo, quien se sentó inquietantemente silencioso.

Y cuando Todoroki terminó, miró al suelo con cierta vergüenza e ira. Por alguna razón se sentía realmente bien, como si su corazón se hubiera aclarado. Su sentido del pensamiento ya no era confuso, sino una simple pizarra en blanco lista para escribir.

Finalmente miró a Bakugo, buscándolo para ver qué haría. El hombre usualmente irritado lucía calmado y casi aburrido, como si Todoroki abriendo su corazón hacia él no significara nada.

Luego bajó la mirada hacia el bozal alrededor de su boca, y en silencio le pidió a Todoroki que se lo quitara. Todoroki, que no estaba seguro, miró a su alrededor pero luego cumplió con sus deseos, desabrochando la pieza con vacilación.

Bakugo movió la mandíbula y luego miró a Todoroki. "Qué jodidamente aburrida historia", dijo, sorprendiendo a Todoroki. "Entonces, ¿qué pasa si tu viejo te hizo una mierda a ti y a tu madre? ¡Jódete y decide! ¡Ya no tienes cuatro años, deja de hacer berrinches! ¡Y si sigues siendo una puta perra por eso, ve a ver a tu madre, idiota de mierda! ¡Ni siquiera quiero mirarte a la cara ahora mismo! Me disgusta".

Aunque Bakugo escupió palabras duras en la cara de Todoroki, solo pudo ver lo bueno. Entre todas las maldiciones y palabras hirientes, Bakugo le había dado un consejo razonable que Todoroki tenía la intención de seguir. Sin otra palabra, dejó a Bakugo y se alejó con un propósito.

Bakugo miró su espalda con asombro. El hombre en realidad tuvo el descaro de dejarlo así. "¡Maldito bastardo mitad y mitad! ¡Vuelve aquí y ayúdame! ¡Cara de mierda! ¡No te vayas! ¡Mierda!" Suspiró, apoyando la cabeza hacia atrás.

El peor. Maldito. Día. Alguna vez.