Todobaku - Soulmate

4

Bakugo irrumpió en su casa y cerró la puerta principal con decepción. Estaba enojado, más enojado de lo que había estado en mucho tiempo, y no era por culpa de ese maldito Deku por una vez. Todo fue culpa de Todoroki con su estúpida peculiaridad y sus problemas con papá.

Bakugo no pudo soportarlo más.

"Jodidamente estúpido", murmuró en voz baja, quitándose la camisa y abriendo la ducha.

Se volvió hacia el fregadero, mirándose en el espejo mientras agarraba el costado del fregadero. ¿Por qué tenía que estar pensando en estas cosas? Juró que Todoroki le contó esa historia solo para hacerlo sentir culpable, pero Bakugo no cedió.

Se giró hacia la ducha, vislumbrando algo en el lado izquierdo de su pecho. Volteándose rápidamente, sus ojos prácticamente se salieron de sus órbitas por lo que vio. Era una marca del alma, brillando en blanco y negro justo sobre su piel

Esto no puede ser cierto. no hubo

jodida manera. ¿Cómo podría tener un alma?

¿Marcos? Después de tantos años, ¿quién podría

acaban de usar su peculiaridad?

Tan pronto como la frase salió de la boca de Bakugo, hizo una pausa. De ninguna manera podría ser él. Pero el calor que recorría su cuerpo desde la marca, el innegable tirón que sentía proveniente de ella, y la peculiaridad de llama recién adquirida de Todoroki no podían confundirse.

El yin y el yang. Un símbolo de la oscuridad y la luz, dos opuestos que se pueden juntar y seguir funcionando correctamente, si no mejor. El símbolo era casi perfecto para Bakugo y Todoroki; lo hizo estremecerse.

Simplemente lo sabía, podía sentirlo. Todoroki definitivamente era su alma gemela.

No había forma de que Bakugo le contara a Todoroki sobre esto, no quería que se interpusiera en su entrenamiento. Además, Todoroki ya tenía a Deku como alma gemela, nunca querría a alguien como él.

Sí, decidió Bakugo, mantendría este secreto hasta su tumba.

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La escuela volvió a la normalidad después del festival deportivo. Bakugo trató de mantenerse normal, ni una sola vez mirando en dirección a Todoroki para ver qué tipo de cara tenía.

Obviamente sabía sobre la segunda marca del alma, de ninguna manera no lo sabría con la jodida cosa a todo volumen sobre su corazón. Y con la forma en que le habló a medias a Deku, Bakugo estaba seguro de que Todoroki ni siquiera intentaría buscar a su segunda alma gemela, por lo que Bakugo no tenía que preocuparse.

Todo estaría bien.

"Mira, mira", le dijo Kaminari a Kirishima, señalando un artículo de la revista que estaba mirando. ¡frio!"

"¡Sí! Me encantaría tener algo así alrededor de mi alma marcada", dijo Kirishima, mirando tímidamente a Bakugo. "¿Qué hay de ti, Bakugo?"

"¿Eh?" Bakugo dijo con malicia, siendo la marca del alma lo último de lo que quería hablar.

"¿Qué tipo de marca de alma tienes de todos modos?" cuestionó Kirishima. "Nunca lo había visto antes, tal vez sea algo-"

"¡Cállate!" Bakugo gritó, golpeando su escritorio con la mano y levantándose abruptamente. Toda la clase se quedó en silencio, mirando a Bakugo.

Sin pensarlo dos veces, Bakugo se movió hacia la puerta, pasando junto a Aizawa, quien dijo: "No llegues tarde a clase" en voz baja al pasar.

"Vete a la mierda", siseó Bakugo, cerrando la puerta. Aizawa decidió dejarlo ir, sabiendo que regresaría antes de que sonara la campana.

"Alguien está de mal humor", dijo Kaminari con un silbido bajo, volviendo a su revista.

"¿Dije algo malo?" Dijo Kirishima con una mirada preocupada. "Tal vez debería ir y disculparme".

"No te preocupes, Kirishima, no hiciste nada malo", dijo Midoriya desde su escritorio con una sonrisa forzada. "Kacchan siempre ha sido así. Las almas gemelas siempre han sido un mal tema para él".

Toda la clase se animó con las palabras de Midoriya, escuchando con curiosidad. Todoroki escuchó especialmente con atención, queriendo saber más sobre Bakugo. Anoche sucedió cuando notó otra marca del alma justo sobre su corazón con la forma y el color de un símbolo de yin y yang.

No había duda de que había venido de su peculiaridad de llama despierta, pero lo que Todoroki realmente quería saber era quién estaba al otro lado. Era extraño, a diferencia de su marca con Midoriya, sintió una fuerte necesidad de buscar a su otra mitad hasta el punto en que lo mantuvo despierto toda la noche.

¿Quién era su alma gemela? ¿Era una niña o un niño? ¿Fueron a la misma escuela? ¿Más joven o más viejo? Tal vez estaban en el mismo grado. ¿Qué pasa con sus características? ¿Pelo largo o corto? ¿Qué color de ojos tenían? ¿Cómo se veían cuando sonreían? ¿Quiénes eran?

Las preguntas nunca cesaron y estaba volviendo loco a Todoroki, su marca provocaba casi dolorosos destellos de calor en todo su cuerpo.

"¿Por qué?" preguntó Kirishima. "No creo que las almas gemelas le importen mucho a Bakugo".

"No lo hacen", respondió Midoriya, sin saber si debía continuar y revelar el secreto de Bakugo, pero la mirada que le dieron Kirishima y toda la clase lo hizo continuar. "Es solo que Kacchan no tiene una marca de alma. "

"¡¿Qué?!" Toda la clase gritó, lanzando preguntas a Midoriya con incredulidad.

Una parte de Todoroki cobró vida, su cerebro tomó conciencia y trazó diferentes posibilidades. Era como si una luz brillante se hubiera mostrado y ahora guiara a Todoroki por un camino.

Bakugo no tenía una marca de alma, pero ¿qué tan confiable podría ser eso? Solo habían pasado dos días desde que apareció su marca, si Bakugo ganó su marca, entonces no había forma de que le dijera a Midoriya. No estaban en buenos términos, por lo que no había razón para que Bakugo se lo dijera.

"¿Cuándo fue la última vez que revisaste?" preguntó Todoroki, su voz por encima de la de todos los demás. Miró a Midoriya con seriedad, el aire a su alrededor se volvió espeso de una manera que hizo que los nervios de toda la clase se pusieran de punta.

"Uh... A-Al comienzo del año escolar", dijo Midorya nerviosamente.

Era casi perfecto. Su despertar, el interés repentino, pero bastante breve, de Bakugo en él, y el calor abrasador que no abandonaba su cuerpo desde que obtuvo la marca de su alma. Toda la situación estaba gritando Bakugo.

Todoroki no podía simplemente sacar conclusiones, así que tenía que averiguarlo. Solo una pequeña mirada al pecho de Bakugo mientras se cambiaban sería suficiente. Solo necesitaba mantener la calma, aunque su cuerpo le gritaba que actuara.

Las cosas se arreglarían pronto, con suerte.