X Despecho *SOLO PRIMEROS CAPITULOS*

Capítulo 1

¡Mierda! Siento que la cabeza me va explotar. Me humedezco los labios y el sabor amargo del whisky llega a mis papilas gustativas, pero además de eso, tengo otro sabor en mi boca. ¿Qué rayos hice anoche?

Muevo la mata de cabellos que cubren mi rostro y giro entre las sabanas, que tienen un olor a limpio y a otras cosas... ¡Mierda! ¿Dónde estoy? Escucho el sonido de la regadera y como una estampida todas las escenas de lo que hice me refrescan la memoria. ¡Mierda!

La mansión Leiner, el cuadro, el hermano de Carver y nosotros teniendo sexo...

¡Quiero morirme!

Salgo de la cama trastabillando, estoy completamente desnuda. Tengo que irme de aquí. ¿Qué demonios hice? ¡Joder! ¡Joder! Esta vez he metido las 4 y hasta el fondo. Busco mi ropa y lo primero que encuentro son mis pantis. Me las pongo, escucho como el grifo se cierra y el sonido del agua cesa. ¡Madre mía! Tengo que irme. Tomo su camisa y me la pongo sin molestarme en buscar mi sostén. Salgo del cuarto a toda prisa, corro por el pasillo hasta las escaleras, casi caigo pero me sostengo del barandal y entro a la sala. Tomo mi vestido y la bolsa, busco las llaves de mi auto y me preparo para la huida.

― ¡Oye! ―Mierda. Está en lo alto de la escalera. Solo lleva una toalla alrededor de la cintura y el agua aun escurre de su pelo y dorso. ¡Esta de muerte! Pero la única que morirá si no me voy en este instante seré yo.

―Tengo que irme ―Me doy la vuelta y corro hacia la puerta.

― ¡Espera! ―Ni muerta lo escucharía. ¡Estúpido vestido! Me dificulta la tarea de correr, pero debo llevarlo o mi madre me cuelga. Cruzo la puerta y corro intentando alcanzar la reja de la entrada. Las piedritas se incrustan en mis pies descalzos pero tengo que llegar― Detente ― ¡Maldición! Me pisa los talones― No puedes irte así.

Se a lo que se refiere. Solo tengo las pantis y su camisa puestas, pero no me importa. Empujo la reja y casi quiero gritar de alegría cuando piso la acera. Cruzo la calle sin pensármelo y lucho por poder insertar la llave en la cerradura.

― ¡Maldición! Vamos.

― ¡Espera! ―Mierda, está en la reja. No, ni loca me quedo.

Logro introducir la llave y abro la puerta, empujo el vestido y la bolsa en el asiento y enciendo el auto. Él me observa desde la puerta, es evidente que no esta tan loco, como yo, para salir en paños menores a la calle. Lo miro y veo una expresión extraña en su rostro. Piso el acelerador y me alejo a toda velocidad.

¡Estoy loca de atar!

Me acosté con el hermano de Carver. ¡Soy una zorra! Soy como ese par con el que él se ha metido. Soy lo peor, pero él se lo gano.

Estaciono el auto afuera del edificio y espero a que no haya nadie a la vista, tomo el vestido y corro hacia el interior del edificio.

― ¡Vamos! ¡Vamos! ―Le grito al elevador para que se abra, antes de que alguien vea mis vergüenzas.