Aquí estoy.
Yo, una chica de 16 años, tímida, callada... siempre logro pasar desapercibida, la verdad es que no me resulta un gran esfuerzo. Supongo que estoy pasando por la etapa mas dura de mi vida. La adolescencia.
La etapa en la que mas se sufre, por los amigos, por la familia, por el amor...
Hay el amor....
¿Qué haríamos sin el amor? A lo mejor muchas personas piensan que ojala no existiese, pero eso no es así. Es posiblemente la única forma en la que podríamos sentirnos queridos por los demás, y sentir que tenemos cierta importancia como personas, desde mi punto de vista.
El amor me ha salvado muchas veces, tengo la suerte de tener siempre a alguien que en el momento en el que yo me caiga, esa persona estará ahí para ayudarme a levantarme, que si tengo que caminar descalza por un camino lleno de piedras, esa persona vendrá a darme un par de zapatos o me llevara en brazos.
Hace tiempo conocí a una persona, un chico, era amable, comprensivo, nos complementábamos siempre bastante bien, nunca discutíamos, siempre conseguíamos arreglar y pasar todos los obstáculos con la ayuda del uno y del otro, cada uno nos apoyábamos en el otro. Esta relación era a distancia, fue bastante duro la verdad pero se llevaba bien, en aquel momento obviamente. Pero de pronto ocurrió lo que yo le llamo "desmonta el chiringuito". El único medio por el que tenia en comunicarme con el era por Internet, pero me quede sin eso debido a unos problemas. La verdad es que fue bastante duro , puede parecer una tontería, pero no lo es cuando sientes algo fuerte por una persona. Con lo cual comenzaron las llamadas por teléfono, poco a poco los días iban pasando, en el instituto se estaba bien, nadie me molestaba, me considero una chica muy serena y que va muy a lo suyo, mis amigas, un par de locas, siempre estaban ahí para hacerme reír, pero no es lo que necesitaba.
Cada día que hablábamos por teléfono se hacia mas difícil, por que no era lo mismo, esos "como estas?" no tenían sentido, siempre había mentiras de por medio por mi parte, me costaba mucho contarle mis problemas o preocupaciones por voz, siempre me desenvolví mas escribiendo. A si que mi respuesta siempre era un "si, estoy bien, solo te echo de menos eso es todo".
Las semanas seguían pasando y poco a poco nos íbamos acostumbrando a estar así, antes eramos mas inseparables, nos lo solíamos contar todo, como ese grupito de viejas chismosas que hay siempre en el parque por la tarde, bueno pues.. poco a poco iban habiendo cambios entre los dos, y yo era muy consciente de ello.. pero... ¿Qué se podía hacer? nada, absolutamente nada..
Hasta que llego ese momento al que yo le llamo "la gota que colma el baso", un baso lleno de problemas, preocupaciones, dudas, miedos en forma de agua, hasta que de pronto llega una gotita que por muy pequeña que sea, puede ser un insulto, una burla, cualquier cosa, desborda todo el agua que había dentro, y es en el momento en el que hay una explosión de sentimientos y sensaciones dentro de ti. El momento en el que se te hace un nudo en la garganta que no te lo puedes quitar ni tirando de el, un dolor fuerte en el esófago que acelera la producción de saliba, que te impide aguantarte esas lagrimas que llevan tanto tiempo con ansias de salir. Esos pensamientos de "QUIERO GRITAR!", pero no puedes... Nadie puede oírte, incluso a lo mejor nadie puede ayudarte. La persona que estaba siempre a tu lado y nunca te fallaba, no estaba, había desaparecido, al menos en mi cabeza.
Esos pensamientos que solo gritan en tu mente diciendo "donde estas?" "te necesito!!" "ojala estuvieras a mi lado!!". Pero cuanto mas piensas en ello, mas te cuesta controlar las ganas de llorar, con lo cual no hay otro remedio. Me siento en el suelo, abro un poco las piernas e introduzco mi cabeza en el medio de ellas. Respiro hondo, me calmo, lloro, me limpio las lagrimas, y todo como si nada hubiera pasado. Y vuelta a empezar...