+ María, María despierta, que vas a llegar tarde a tu primer día de universidad, y ya sabes, la primera impresión es la que se cuenta.
- Vale Mama, pero dejame que me despierte tranquilamente, que ya sabes que yo no funciono con prisas.
+ Aii, estas siempre igual cariño, a ver cuando llega el día en el que te despiertes sin que tengas que estar medio siglo en la cama.
- Vale Mama, sal de mi cuarto ya!
Libros listos, dinero para el almuerzo, el bono del autobús, y la ropa de cambio para el taquillero, todo listo
+ Aii cariño, deja tu inseguridad hoy, estas perfecta, tu sobretodo vete con confianza y todo saldrá bien, ya verás.
Menudo lio el primer día, para empezar he perdido el bus por los miles de besos que me ha dado mi madre al salir de casa. Y como la mañana no podía ir peor, me ha tocado sentarme en el siguiente autobús al lado de un chico con pelo desordenado y con unos pantalones desgastados por la rodilla, que para mi gusto no le quedaban nada bien. Pero, espero que todo vaya mejor a partir de ahora.
"Edificio B" leí en un letrero que se alzaba en lo alto de un edificio de más o menos 5 plantas. Estaba claro que aquel iba a ser el sitio en el que iba a pasar las tres cuartas partes del día durante los próximos 4 o 5 años. Cuando me quise dar cuenta llevaba ya 4 minutos delante de aquel edificio rojo que tanto me había asombrado y al mirar el reloj me di cuenta de que ya era más que hora de entrar. La primera impresión no fue del todo mala, aunque no como esperaba. Cientos de alumnos corriendo por los pasillos interminables forrados con numerosas taquillas e ileras de puestas que parecían interminables. Todo era un tanto extraño. Saque el plano que me habían dado el día de la reunión de nuevos alumnos y mire la pequeña nota que habia en el borde de este, "planta 2 sala L". Cuando subí a la segunda planta todo eran aulas y aulas con letras en un extraño orden alfabético. Mire para los lados un poco perdida y vi una pequeña cafetería, como iba con tiempo decidí tomarme una tila para relajarme un poco. Cuando salí de la cafetería me dirigi al puesto de asistencia donde me indicaron que mi aula era justo la que estaba en frente de los baños de profesores, cerca de la puerta principal, por lo que no era muy difícil perderse. Cuando entre a clase todo eran descontrol y gritos. Sorprendentemente, a pesar de que había llegado 20 minutos antes de la hora, la mayoría de alumnos ya estaban en su sitio y con el material encima de la mesa. Miré un poco a mi alrededor y vi un par de sitios libres. Al final decidí sentarme en primera fila al lado de un chico moreno de ojos caramelo que parecia bastante majo.
- Hola
+ Hola bebe, ¿eres nueva no?
- Si, ¿tanto se nota?
+ Se te ve el miedo en la cara haha, pero no te preocupes, casi toda la clase esta igual de pérdida que tú.
- Y tu, ¿no eres nuevo?
+ Que va, esto ya es como mi casa para mi, llevo repitiendo primero dos años y mira, aquí sigo. Pero este año me lo intentaré tomar un poco más enserio.
- Aaaa, el encantador chico de ojos caramelo me estaba cayendo bien, aunque era un poco desastre para los estudios, lo que era completamente opuesto a mi, me parecía muy majo.
+ Y bueno, ¿como te llamas?
- María, ¿ y tu ?
+ Zayn