Little🎀 / Kookmin

1

Suspiré profundo cuando una deliciosa ráfaga de viento entró por la ventana y llegó hasta mí, esparciendose por todo mi cuerpo, cubierto solo por mi camisa blanca y bóxer negro.

Hacia más de 4 horas que me encontraba en mi estudio pasando reportes de todos los pacientes que habían acudido conmigo en el último mes. Por cada uno creaba un documento con su información general y causa por la que se presentaban, además de su avance y detalles delicados a los que debía ponerles más atención.

Por el contrario Jungkook después de la escuela decidió recostarse un rato pues tenía un poco de dolor de cabeza y fue sugerencia mía que descansara un rato.

Pasaban de las 6 de la tarde, por lo que el cielo ya se encontraba nublado y ligeros truenos cantaban en el cielo, anunciando una posible lluvia. Por mi parte me encantaba ese clima, y prefería trabajar en esos momentos pues la vista que me brindaba aquella ventana a mi lado era de las mejores y que más disfrutaba; el punto más alto de los árboles danzando en el aire, y nada más que el cielo pinceleado de gris y acompañado por montones de nubes que guardaban humedad y ponto dejarían caer sobre la ciudad.

Mi vista se perdió por un segundo en aquel hermoso paisaje, hasta que un pequeño ruido proveniente del pasillo me hizo volver la mirada hacia el origen.

—Mimi...—dijo mi pequeño asomándose por la puerta—¿Estás ocupado?

—Amor...—contesté con una sonrisa—Para tí nunca estoy ocupado, cielo, lo sabes—le hice una seña para que se acercara—¿Como te sientes, pequeño?

—Creo que mejor—caminó hacia mí para sentarse en mi regazo.

Yo hice la silla hacia atrás y lo animé a acompletar la acción.

—¿No tienes frío?—preguntó abrazandose a mi cintura, debajo de mi camisa.

—No, pequeño—contesté besando su
sien—Pero tu acabas de despertar, mi vida, puede hacerte daño—agregué cubriéndolo con mis brazos.

Al estar con las cobijas y el calefactor activado en nuestra habitación, su cuerpo aún se sentía caliente. Por el contrario mi estudio estaba bastante fresco y me preocupaba que fuera a enfermarse.

—Vamos a la cama.

—No—ronroneó sobre mi cuello—¿Aún te falta mucho?

—Espero en menos de una hora acabar, corazón—acaricié su cabello.

—Te espero en la habitación entonces...—dijo, pero lejos de alejarse se abrazó aún más a mí, besando el hueco de mi cuello.

—No me extrañes mucho—bromee.

—Lo intentaré—me miró tiernamente.

Su mirada descendió hacia mis labios antes de acercarse y besarme suavemente, mientras que su curiosa mano recorría mi pecho desnudo y se detenia sobre mi vientre, dejando caricias sobre él.

—Te estaré esperando.

Me miró coqueto, y aunque de momento no entendí, ese revoloteo en el centro de mi estómago apareció de repente.

Jungkook se levantó y salió, dejandome con la incertidumbre.

A pesar de eso volví a centrarme en mi trabajo, y entre llamadas y mensajes a mis pacientes pidiéndoles algunos datos olvidé por completo lo anterior.

Finalicé mi último documento pasadas las 7 de la noche, y suspiré profundo cuando cerré la tapa de mi computadora, acción que daba fin a todo el trabajo del mes.

Cerré los ojos un segundo para descansarlos, pues el tener la luz apagada y en cambio la luz potente del aparato comenzaba a provocarme dolor de cabeza. Sin embargo poco a poco mi vista se adaptó al ambiente nublado del exterior y ese malestar se fue.