ERES MIO_ JUNGHOPE

[CAPÍTULO. 04]

Quiero dedicar este capítulo a mis fieles lectoras Vhope1607 y elculodemimi lavergadetae el próximo capítulo se lo estaré dedicando a las demás.

Jungkook.

Iba de camino a un burdel propiedad del cartel, Chang había dicho que tenía información importante para mi. Pero todo eso era irrelevante ahora. Mi mente estaba consumida por Hoseok y lo que había descubierto en nuestra conversación de está mañana.

Fue fácil leer las reacciones de su cuerpo, los temblores, los jadeos y ese fuego en su mirada que oscurecía el azul de sus iris. Me deseaba, tanto como yo lo deseaba a él.

Mi imaginación se había desatado, recreando imágenes de él con el conjunto que le compré. Me moría por verlo con eso puesto, mientras mi mente no paraba de pensar en las diferentes formas de quitárselo.

Sus labios parecían tan suaves, tan pequeños y provocativos... Que no podía dejar de imaginarlos envolviendo mi verga, me pregunté una y otra vez cómo se sentiría besarlos. Su piel era tan blanca y lechosa que me consumía el deseo de dejar mis marcas por doquier.

Me encontré arrastrando el pulgar sobre mi nariz antes de olfatear el olor a vainilla que se había quedado prendido en mis dedos cuando acaricié su rostro. Lamo mis labios secos, mientras intentaba acomodar la erección que me estaba volviendo loco.

Creo que la falta de sexo había nublado mi juicio. Me esforcé por concentrarme, pero mi mente seguía vagando de vuelta a Hoseok. Concéntrate, Jungkook. Concéntrate.

Yugyeom, mi lugarteniente más cercano y confiable, será el que ocupe el lugar de su hermano, un cambio que espero y sea beneficioso para todos.

Bajé del auto mientras observo la fachada del burdel, una estructura sucia y deteriorada que grita miseria por todos lados. La imagen es repugnante, un reflejo del carácter de Chang, un hombre mezquino y ambicioso que no parece preocuparse por la decadencia que lo rodea.

El interior no es mucho mejor, con sillas y mesas estropeadas que parecen haber sido abandonadas allí por la eternidad. El aire está cargado de un olor a descomposición y desesperanza.

Atravieso el lugar con rapidez, dirigiéndome por estrecho pasillo que comunica con la bodega y la pequeña oficina de Chang. Yugyeom abre la puerta y se hace a un lado, permitiéndome la entrada con un gesto silencioso.

_ ¿Qué me tienes?- Murmuré con desagrado, observándo el fondo sucio y manchado del único sillón disponible, un mueble que parece haber sido abandonado en un vertedero.

Yugyeom, anticipando mi reacción, se quitó rápidamente el saco para cubrir la silla, creando una barrera entre mi ropa y la suciedad. Chang por su parte, lanza un suspiro cargado de fastidio, como si nuestra presencia fuera una molestia.