Capitulo único.

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Soobin estaba sentado en aquella sala gris que tanto había evitado por meses, mirando a través del vidrio que dividía la habitación entre la libertad y la condena. Colocó sus brazos sobre la mesa de metal sin despegar la vista del objeto de cristal frente a él, concentrándose en calmar su agitado pulso. Había un guardia de seguridad atrás suyo que lo miraba como si fuera un criminal cuando claramente el no lo era, solo buscaba una clausura.

Revolvió su rubio cabello con desesperación, necesitaba tranquilizarse. Él no quería estar ahí, podía sentir sus manos temblar sobre la mesa y sentía el sudor frío bajar por su espalda. Por eso no había ido al juicio, no quería verlo, no quería escucharlo, no quería saber nada más de él. No quería enterarse como Hueningkai había matado al chico al que más amó, aquel que fue como un hermano para ese asesino.

La puerta del otro lado finalmente se abrió dejando a la vista a un chico alto de cabello negro ligeramente largo y portando un traje naranja brillante, notó también una herida abierta cerca de su labio, además del claro par de esposas alrededor de sus muñecas. Al verlo sus ojos se iluminaron y una pequeña sonrisa se formó en sus labios, parecía un niño en dulcería. El guardia que acompañaba al pelinegro retiró las esposas con lentitud, casi como si no quisiese hacerlo, y se colocó pegado a la pared a observar la conversación en silencio. Mientras que Hueningkai no dudó en sentarse en la silla frente al otro chico, aún separados por una barrera transparente.

Soobin lo miró un momento, apretando los labios, y luego levantó el teléfono que le permitiría hablar con el criminal, el pelinegro imitó su acción con rapidez y emoción. Esa estúpida sonrisa no se le borraba de la cara.

-Hola -habló primero el asesino con una sonrisa que en otros momentos le hubiera parecido hermosa al rubio, pero ya no, nada de ese chico era hermoso para él y nunca más lo sería. No después de lo que pasó.

-Hola -respondió el mayor, seco. ¿Cómo es que él podía actuar como si todo eso fuese normal?

-No fuiste al juicio. -acusó el pelinegro con un toque de burla en su voz.

-No. -respondió del mismo modo. Oh como quería quitarle esa actitud infantil de un golpe.

-¿Por qué? -cuestionó inocente.

-No quería verte. -confesó el más bajo, aguantando sus lágrimas. Debía ser fuerte frente a este hombre.

Hueningkai se mordió el labio y bajó la mirada ante la respuesta de su hyung. Estaba incómodo, pero entendía las razones del otro chico, después de todo había matado a alguien y no de una manera bonita exactamente, aunque siendo honestos, no existía una manera bonita de matar a alguien y mucho menos alguien cercano. Levantó un poco la mirada y observó la ropa del rubio.

-Me gusta tu camisa. -dijo el chico tratando de romper el silencio haciendo referencia a la camisa de mezclilla que traía su mayor. El mayor casi suelta una risa irónica.

-Gracias -respondió Soobin con la voz llena de melancolía, tenía una ligera sonrisa en sus labios, no sabía si era por el sabor agridulce de sus recuerdos o el hecho que estar frente al otro Choi lo hacía sentir como si se estuviera volviendo loco-, era de Gyu.

Hueningkai retiró la mirada avergonzado, pero Soobin no se iba a rendir ante su expresión de perro arrepentido.

-No fui el día del juicio porque no quería saber -explicó el mayor regresando su mirada al otro- ¿sabes que día es hoy?

El menor asintió y luego dijo en un tono roto:- Hoy es el aniversario de su muerte.

-También sería nuestro aniversario de 3 años. -soltó el mayor con rencor.

꒰ why did you killed him? : soogyu !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora