Isabella Robert, el mayor orgullo de sus padres como su primera hija, agente secreto de la INTERPOL enviada a misiones encubierta y saliendo victoriosa.
Todo dará un giro de 360° después de que la manden a Italia por el Capo Italiano.
Donovan Russo...
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Tres meses después
-Mamá... ¿Puedo salir a jugar al jardín?-la voz de August llamo mi atención lo cual me hizo sonreír, tres meses con estos niños y me daban la felicidad de la cual no esperaba volver a ver en mi. Al parecer teníamos la casa sola para nosotros pues Donovan, Charles y Alejandro había ido de viaje a Londres para ayudar a Jackson con no se que cosa, pero me había llegado un mensaje que ya estaba por llegar a Italia
-Cariño hace un poco de frio, ya estamos por entrar en invierno y te puedes enfermar-dije viendo a August con una sonrisa mientras le daba un beso en su mejilla
-Pero mamá...-dijo August haciendo un puchero el cual en estos meses me podía negar a darle lo que quería
-Bien, solo será un momento y te pondrás una chamarra y por favor siempre a la vista de los escoltas-dije viendo a mi hijo el cual afirmo, corriendo al armario y sacando una chamarra la cual se coloco y salió corriendo de la habitación con una sonrisa, unos minutos después deje a Cecilia en su cuna, pero escuche un disparo
-¡Señora Isabella!-el grito de Olga hizo que mis sentidos se alertaran y saliera corriendo
-¿Qué ocurre? Quédate con Cecilia-dije viendo a Olga y bajando las escaleras en dirección al jardín donde estaban los escoltas
-Señora Isabella no se acerque-dijo uno de los escoltas, veía que August estaba temblando de miedo viendo a un señor que traía la misma ropa que los escoltas y le estaba apuntando a August
-¡No! Solo es un niño-grite llamando la atención del tipo quien volteo a verme con una sonrisa que te helaba los huesos
-Pero miren quien nos acompaña, la Señora Russo mejor conocida como la agente Robert-dijo el tipo aún apuntándole a August quien volteo a verme con miedo pero sonó otro disparo-El niño se queda ahí no se mueve-dijo el hombre así que afirme y me empecé a acercar
-¡Señora no!-grito uno de los escoltas pero lo ignore drásticamente y seguí con mi camino
-Muy bien... Dime que es lo que quieres ¿Dinero? Yo te doy lo que me pidas ¿Joyas? También te las doy ¿Casa? Dime en donde y te la doy ¿Una nueva identidad? Dios hago lo imposible para que la tengas. Pero por favor dame a mi hijo-dije mientras me acercaba al sujeto quien me empezaba a verme con su arma en mi dirección yo no le tenia miedo a las armas
-¿Valdrá mas la rastrera que se le metió al Capo que el hijo bastardo?-dijo el tipo viéndome con una sonrisa asquerosa, toque a mi hijo para que se fuera con los escoltas quienes lo cubrieron rápidamente
-No soy ninguna rastrera maldita basura-dije actuando rápidamente y quitándole el arma mientras luchábamos cuerpo a cuerpo
-¡Claro que eres una rastrera, se rompió el trato con la mafia Alemana por tu culpa-dijo el tipo mientras me metía un golpe en las costillas pero yo le saque el aire, pero me soltó un golpe en la cara haciendo que sintiera el sabor de la sangre en la boca