Can we start over? | Libro 1 | Rosella

Elemental control

Capítulo 11: Control elemental

Bella suspiró y miró a su padre, que parecía estar observándola esperando una respuesta, sabía que pelearía cuando se enterara, pero no esperaba la mirada que tenía en ese momento.

"Papá" su tono mostraba su exasperación, su padre no se movió mientras la miraba fijamente. Ella habría pensado que él estaría sorprendido por el nuevo Ford Mustang GT negro Sleek Matt que ahora estaba estacionado en el camino de entrada, en lugar de eso, él se concentró en el hecho de que ella quería ir a la escuela hoy. El auto fue entregado anoche desde Seattle después de una breve charla con Matthew y una explicación de los hechos. Después de asegurarle mucho que estaba bien, finalmente cedió y le dijo que el automóvil tardaría un par de horas en llegar a su casa.

"Bella" su padre se burló de su tono.

"¿Por qué no puedo ir a la escuela hoy papá?" preguntó por enésima vez.

"Porque Bella, todo tu cuerpo está caliente, tus temperaturas son más altas que ayer y, en general, no sería un buen padre si enviara a mi hija casi conmocionada de regreso a la escuela en esta condición". Dijo lentamente como si le estuviera explicando a un niño pequeño.

"No soy una niña", se quejó, sin realmente respaldar su punto.

"No te estás haciendo ningún favor, bells", se rió entre dientes y le dio unas palmaditas en la cabeza a su hija.

"Quédate en casa hoy y luego mañana, si te sientes con ganas puedes ir a la escuela, no te detendré..." hizo una pausa y se detuvo en la puerta de su habitación "Me preocupo por ti Bells, así que date por vencida que tu viejo lo está pasando mal, ¿de acuerdo?"

Bella suspiró y se dejó caer de nuevo en su cama. "Claro papá... lo siento, no quise preocuparte" dijo cediendo a su voluntad y decidió quedarse en casa.

Escuchó que la puerta del dormitorio se cerraba y los pasos resonaron por las escaleras cuando su padre se fue. Miró al techo con expresión ausente, su magia estaba mucho más activa... desde ayer... comenzó cuando Edward intervino mientras ella hablaba con su compañera. Disfrutó de la compañía de Rose y finalmente estaban teniendo una conversación real que no involucraba miradas a través del comedor lleno de gente.

Sabía que no era bueno que su ira la abrumara, lo descubrió cuando Renee hizo un comentario en contra de su miembro extra, su magia fluctuó salvajemente casi, matando a su madre con el ventilador de techo que se caía. Por eso hacía su meditación diaria, se calmaba y permitía que su magia fluyera por su cuerpo sin ninguna interferencia. Su temperatura elevada se debió
a que, por supuesto, podía decírselo a su padre a menos que quisiera que la enviara a un manicomio. A estas alturas, estaba absolutamente segura de que su linaje de brujas nunca se compartió con los hombres de la familia, porque su padre no tenía idea de que su 4 veces bisabuela le dejó una fortuna y no el padre de su padre, lo que probablemente asumió.

Bella se sentó en posición de medio loto y cerró los ojos. Sintió los hilos de magia fluir a través de su cuerpo... encontró el problema y trabajó para desenredar el nudo. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que empezó, pero cuando miró el reloj de su escritorio, marcaba las 2:34 p. m.

"Wow.. el tiempo realmente pasó volando" se dijo a sí misma, su estómago le gruñía mientras bajaba las escaleras, vistiendo un chaleco y un par de joggers sueltos, sus pies cubiertos con calcetines de lana, aunque no se sentía afectado por el frío como la mayoría de la gente, a nadie le gustan los pies fríos.

Se preparó un almuerzo y pensó en lo que pasó, sabía que Edward probablemente estaba teniendo una rabieta de diva. No le prestó mucha atención al niño, él estaba en movimiento y no necesitaba estar con él en particular o ni remotamente ser amable con él para obtener sus respuestas. Su ira hacia él se había calmado, ya no quería arrancarle los brazos y golpearlo con ellos. ' Venganza' , reflexionó.. ' ¿Quizás podría cortarle los neumáticos? O convertir su cabello en rosa, oooh, tal vez clavarle un palo aún más grande en el culo. Se sacudió sus pensamientos cuando el temporizador del microondas indicó que su taza de fideos estaba lista.