Hace calor, demasiada para siquiera tener la valentía de reunir a todos y cada uno de una mente perversa, perturbada, romantizada, dramatizada y humorística de una escritora, como afirman sus lectores.
Y yo me pregunto: ¿en qué momento se aburrió esa chica para un 26 de agosto ponerse a escribir a 37 grados, a las cinco de la tarde?
Quizás el delirio del calor que pasó esa tarde derivó en todo esto.
Yo les avisé por ella, porque ahora mismo estará a saber dónde, no sé si metida en un libro, si mirando un punto fijo en la pared imaginando incontables escenarios de sus personajes, si escribiendo o simplemente sonriendo recordando a cada uno de ellos.
A lo mejor está llorando porque terminó otra de sus novelas que adoró escribir.
Quién sabe, esa muchacha es una montaña rusa de emociones y os confieso que necesitaba alejarme de su mente un rato.Es como meterse en un mar a ciegas sin saber navegar un barco, en un segundo el mar está tranquilo y con un sol ardiente, y al segundo siguiente está con una tormenta que nubla el cielo de un negro profundo, rayos que los iluminan y unas olas que son imparables, pero ahí está ella en el barco a la deriva buscando sus ideas.
Quise mirar la hora del reloj, pensaba que sus personajes serían al menos puntuales, como ella, pero se ve que les gusta arreglarse.
O a lo mejor están peleando, quién sabe.Me apoyé contra el marco de la puerta, esperando a la llegada de algún coche negro digno de una mafia, quizás una caravana de un cantante con un toque hippie en el interior hecho por una escritora, a lo mejor un coche con guardia real, o incluso uno con un motor tuneado.
Suspiré, llegaban dos minutos tarde.
Podréis notar que mi paciencia es muy limitada.Fruncí el ceño al ver la caravana que había imaginado en mi mente, di en el blanco.
Conforme se acercaban, me convertí en niebla apenas visible, adiós a los momentos de personificarme para sentir las piernas.Sonreí maliciosamente al ver que ella le dictaba órdenes a él, sobre cómo llegar, mientras él tranquilo tamborileaba los dedos sobre el volante, escuchándola.
Aparcaron y se bajaron, él la esperó y en cuanto la tuvo a su lado echó el brazo sobre sus hombros.- ¿Es aquí? ¿Seguro, Jaden? - preguntó mirando el alrededor.
- La manager me dijo que era aquí, así que confiemos.
- No hay ningún coche.- entrecerró los ojos hacia él.
Jaden se encogió de hombros, y la estrechó contra él.
- Yo solo tengo hambre, Afrodita. Mientras coma, me da igual.
Ella le dio un golpe en el hombro.
- ¿Y si nos secuestran? - cuestionó ella.
Oh, si ella supiera que venía la mafia italiana.
- Tienes que dejar de escribir, Kendal.
- No es por escribir, es simplemente una suposición.
- Por esa regla de tres yo debería de preguntarme si atentarían en un concierto mío o si me caería del escenario.- ladeó él la cabeza.
- No digas eso.- frunció el ceño y él la miró sonriente, con la diversión brillando en sus ojos.
- Entonces supongo que deberás venir a más conciertos de mi gira.
- Debí suponer que era otra de tus tácticas.- él rio y ella lo observó reír, sonriendo para ella misma pero dejando a la vista el amor que sentía por él.
Cuando llegaron frente a la casa, ni siquiera les hizo falta tocar el timbre, les abrí directamente.
- Hola, parejita.- murmuré cerrando las puertas tras ellos, y sobrevolando la estancia como niebla. El caso es que no era una niebla de color claro, como las nieblas normales, obviamente, sino una...casi negra.
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UN CAOS (IM)PERFECTO
Teen FictionVarios mafiosos, un cantante y una escritora, dos corredores de carreras ilegales, una pareja de reyes malditos... ¿Qué tan imperfecta puede ser esta reunión para considerarse un caos? ⚠️NO SE ACEPTAN COPIAS NI ADAPTACIONES⚠️ ...