Sinner [Namgi]

02

"No hay fenómenos morales, no hay nada más que una interpretación moral de los fenómenos."

Yoongi se encontraba al pie de la entrada dando la bienvenida a las personas antes de la misa.

Faltaban apenas unos diez minutos para dar inicio a la misa vespertina en aquel pequeño sitio, sobre esa no tan empinada colina que se situaba al costado del poblado. Alzaba su vista al sendero, buscando entre la maleza al moreno quien también debía asistir ese día.

No obstante, Namjoon había llegado del lado del bosque, apartado del sendero ya que no quería cruzarse con ninguna persona del pueblo que únicamente se dedicaría a cuchichear a sus espaldas. Llegando a lo más alto, el moreno dirigió su vista a la entrada del templo viendo a Yoongi de pie, las manos detrás de su espalda y una sonrisa apretada en su rostro.

Suspiró, hastiado de esa nueva rutina que ahora lo atormentaba y caminó hacia el lugar. No ganaba nada quejándose cuando su abuelo todavía estaría en recuperación un par de semanas más, era mejor acostumbrarse a la presencia de un sacerdote en su vida.

En su camino, un par de niños llamaron su atención y, viendo que todavía faltaba un poco antes de que empezara la misa, decidió averiguar en qué estaban tan entretenidos. Porque si había algo que destacar de él era su inmensa comprensión hacia los menores, quizás por ser humanos libres de muchos prejuicios adultos o simplemente porque los trataba como habría querido que le trataran a él.

—¿Qué tanto están haciendo pequeños demonios? —preguntó Namjoon acercándose a los monaguillos que reían fuera de la iglesia

—Estábamos matando grillos con vinagre —respondió uno de ellos con evidente inocencia ya que se notaba que era el menor entre los dos presentes

—¡Cállate! —gritó otro niño, el mayor girándose a ver si el pálido no los había escuchado— Nos va a delatar con el sacerdote Yoongi

—Él no nos dice nada, Minhyuk

—Pero el obispo sí y nos va a mandar a rezar todo el día

—¿Obispo? —inquirió Namjoon curioso por aquel dato, era un sitio de pocos habitantes con una sola iglesia, un sacerdote era suficiente hasta donde tenía entendido— ¿Hay más de uno como el que da la misa?

—Sí, hay tres —respondió el más pequeño picando la panza del insecto con una ramita— uno es muy alto y gruñón, no nos deja hacer nada divertido

—El otro es el que nos da el seminario y sonríe mucho, nos regala dulces a veces —añadió el otro echando otro chorrito de vinagre sobre su víctima— aunque no me gusta que nos mande a rezar, se parece mucho al sacerdote Yoongi

—Ah, el que da la misa —añadió el moreno

—Ese mismo

—Pero acabas de decir algo interesante ¿cómo que no les gusta rezar? —continuó hablando Namjoon— ¿Y entonces por qué están aquí y no jugando con los niños de su escuela?

—Porque mi mamá me mandó —dijo molesto el mayor

—Y a mi también, la mía dijo que mientras más pequeño aprenda las enseñanzas de Dios, mucho mejor —respondió en automático el menor— aunque preferiría estar jugando

—Nada los detiene ahora —dijo Namjoon echando un vistazo a su alrededor, las personas que llegaban a la misa le dedicaban miradas de angustia y desprecio al verlo tan cerca de aquellos monaguillos, Yoongi observaba de lejos la escena con fascinación y cruzó miradas con el moreno sin detenerse demasiado para continuar saludando a los fieles creyentes que entraban— la misa aún no inicia y la gente apenas va llegando