Malas historias y un cigarro

1.

Creo que han pasado ... no lo sé, ¿dos horas?, y sigo aquí como imbécil mirando nuestras últimas conversaciones.
Recuerdo su llamada, me preguntó si podíamos vernos un rato, que habían cosas de las que necesitaba hablar. —De acuerdo—. Le dije. Fui a su casa. Todo olía como siempre, todo estaba en su lugar. Su pieza ordenada, el baño reluciente, la loza lavada. Incluso dormir en su sofá era un lujo, —reí con desgano—. 
Aún me cuesta creer sus palabras, dijo que necesitaba estar sola, que ya no era lo mismo que antes.

Ese día fui a mi apartamento, ella me llamó, no le contesté... debo admitir que contemplé un par de cosas horribles durante las siguientes semanas. No podía estar tranquilo, no podía dejar de arrepentirme. —¿Y si hubiera estado más presente?, ¿y si hubiera ido cuando ella me llamaba llorando?—...¿Sabes?, todos hablan de lo doloroso que es terminar con quien amas, pero no sabes lo mucho que duele el saber que le hacías daño a la persona que siempre estuvo ahí. 

—Claro que no lo sé, siempre he sido distinto a ti en ese aspecto. Puede que me terminen por ser intenso o dramático, pero al menos no soy un imbécil como tú — el sujeto suelta una leve risa—, ánimos compadre. Ya pasará y conocerás otra chica.

—Claro, conoceré más mujeres, follaré con más mujeres. Pero no lo sé... no creo que sea como con ella... me hacía sentir seguro, tranquilo, como un niño al lado suyo. Ella siempre estaba cuando yo no lo estaba. —Enciendo ya el octavo cigarro seguido en menos de una hora, la mano me tiembla, quizás por el frío—. 

—¿Y si la buscas?, puede que haya cambiado de opinión. Ella también te amaba.

—¿Para qué?, ella decidió terminar, tuvo sus motivos. No quiero molestarla.

Imagino que en un par de meses conocerá a alguien mejor y estará bien.
Y quizás yo siga aquí, haciendo mis cosas y recordándola.

—¿Y si ella te busca?

—Sería el tipo con más suerte de esta ciudad.Intentaría hacer mejor las cosas quizás, estaría ahí para ella

—¿Vamos a tomar algo?, me aburre tanto llanto

—Vamos.—Enciendo el noveno cigarro—.