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Esa definitivamente no era la manera en que Sully veía su día.

Empezó muy bien, en realidad. Se despertó con la sensación del peso de su apuesto novio encima suyo, ya que nadie más que Nathan Drake lo abrazaba mientras dormía. Un poco más tarde se levantaron y el más joven les preparó el desayuno. Comieron juntos, haciendo algunos pequeños planes para el fin de semana. Nate realmente quería que fueran a dar un paseo por el parque y tal vez hacer un picnic, con una canasta, una manta y todo ese jazz que le gustaba, para tener un día solo para ellos. Sully no tenía absolutamente nada en contra.

El joven parecía tan tímido y ansioso mientras hablaba de su plan, emocionado, con los ojos literalmente brillando. Sully se enamoró un poco más.

Una hora después, Nate se fue a trabajar ya que tenía un turno temprano y Sully se quedó solo.

Pero no por mucho tiempo.

Después de media hora alguien tocó a la puerta y cuando Sully la abrió, se congeló, porque frente a él estaba parada su ex-novia.

Con un bebé en sus manos.

—Hola, Víctor —lo saludó con severidad y se hizo camino al apartamento.

Sully estaba muy soprendido como para discutir. Siguiendo a la mujer, la vió tomar asiento en su sillón y colocar una pequeña mochila en el suelo. Un niño, literalmente un bebé estaba durmiendo en sus brazos.

El hombre tenía un muy mal presentimiento de todo esto.

—Amanda, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó después de casi 5 minutos de silencio.

Cuando Sully escuchó su respuesta, sintió sus rodillas volverse débiles y casi se siente desfallecer.

—¿Qué? ¿Ni siquiera vas a saludar a tu hijo? —la mujer preguntó con falso asombro— sorpresa, sorpresa —ella rodó los ojos.

Sully se quedó sin aire.

—Mi- ¿mí qué? es... ¿el es mío? —preguntó dudoso, tartamudeando algunas palabras. El hombre estaba muy confundido ahora, no creyendo lo que había escuchado. Cuando Amanda simplemente asintió, presionó una mano sobre su boca en shock, tratando de bajar el tono de voz para no despertar al bebé. Su bebé— ¿porqué no dijiste nada antes? —cuestionó, con la mirada sin alejarse de la pequeña criatura en una suavecita manta verde.

—No quería involucrarte, rompimos, ¿recuerdas? —ella le recordó como si fuera una explicación del porque Sully no tenía idea que todo este tiempo tenía un hijo— pero ahora estoy cansada —la mujer admitió y suspiró.

Eso hizo a Sully mirarla rápidamente.

—¿A qué te refieres? —su voz era cuidadosa mientras preguntaba.

—Significa que no lo quiero más, toma mucho de mi tiempo y quiero tomar una carrera, tuve un ascenso así que... —Amanda se encogió de hombros, mirando brevemente al niño en sus manos y luego a Sully— decidí dejarte saber sobre su existencia en camino a- —ella ni siquiera termina cuando Sully la corta a mitad de la oración.

—Juro que si terminas esa oración —amenaza pero no puede encontrar las palabras. Su ex, ella quería abandonar a su hijo, su precioso hijo, como si él fuera a dejarla.

Para su sorpresa, ella sonríe.

—Tú lo tomas entonces —ofrece, como si estuviera hablando de un viejo DVD y no sobre un humano.

Sully se siente enfermo. Siente como el piso bajo sus pies desaparece.

—Y-yo, no puedo —niega dando un paso hacia atrás. Con trabajo puede cuidar de si mismo, como podría tener un bebé. Y Nate...

An Angel In DisguiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora