Zutto || [ Siempre ]

• Siempre estuve observándote •

"Me encanta tu aroma. Incluso la forma de tu caminar y el sonido de tu risa. Ante el hecho de que eventualmente desaparecieras, no tengo más opción que grabar toda tu existencia en mi memoria con mis dos ojos."

RADWIMPS.

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❀ ═══════ • Parte I • ═══════ ❀

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Todo comenzó la primera vez que cruzaron sus miradas, aquél día de primavera del último año en la escuela secundaria.

—Mi nombre es Haruno Sakura. Desde hoy seremos compañeros, así que espero que podamos llevarnos bien.

Su linda sonrisa había cautivado a más de uno de sus nuevos compañeros y Todoroki Enji no fue la excepción a la regla. Él no se consideraba un experto en el tema ya que tenía su atención puesta en sus metas personales, aun así, sabía reconocer la belleza al tenerla adelante. La chica nueva entraba en esa categoría, con su brillante cabello rosa, sus delicados rasgos faciales y el carisma que parecía traer consigo. Con todo eso, lo más destacable para Enji eran sus ojos verdes, brillantes como preciosas piedras de jade, que lo dejaron sin aliento cuando ella pasó a su lado y le regaló una cálida mirada acompañada de una amistosa sonrisa.

El corazón de Enji se saltó un latido al sentir que Sakura ocupaba el asiento vacío detrás de él. La nueva sensación lo dejó desorientado por unos segundos. Confuso y ofuscado por su reacción tan ridícula e incompatible con sus objetivos, chasqueó la lengua y se obligó a sí mismo a ignorar todo lo demás y solo centrarse en la clase que comenzaba.

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Los días fueron pasando uno a uno a su ritmo normal. La chica nueva dejó de serlo, convirtiéndose en una más del salón, haciendo amistades con quienes más en común tenía y llevando una cordial relación con quienes no. Todoroki Enji se había convertido esta vez en la excepción a la regla, no encontrándose en ninguno de los dos grupos. Su comportamiento arisco, personalidad seria, el poco interés a los temas que rodeaban a los jóvenes de su edad, lo habían convertido en una persona poco sociable, difícil de tratar. Para todos era el amargado de la clase, con quien no querían involucrarse debido al porte intimidante que el chico tenía. Para los ojos de Sakura era un enigma. Uno que fue creciendo con el correr del tiempo y que captaría completamente su interés tras cierto incidente.

—Adiós, Sakura. Nos vemos mañana. —Se despidieron sus amigas.

Sakura correspondió de igual manera, agitando su mano. Ella debía hacer algunas compras antes de regresar a casa, por lo que hoy se desviaría de su trayecto habitual, tomando el camino que había detrás de la escuela.

Sus pasos se volvieron automáticos al dar rienda suelta a sus pensamientos. Últimamente había estado prestando más atención a su compañero Todoroki, y el hecho que se sentara detrás de él en clase no ayudaba mucho. Cada día era más fácil para ella reconocer sus gestos. Lo veía sostener su cabeza al escribir, tocar el lóbulo de su oreja al leer, jugar con el lápiz en su mano al prestar atención a la clase, girar su rostro hacia la ventana al aburrirse, frotar su cuello cuando se sentía abrumado, cuadrar sus hombros al estar frente a algo que suponía un reto para él.

Los hombros de Todoroki-kun se están volviendo anchos, pensó Sakura. Inmediatamente después de procesarlo sus mejillas se tornaron rosadas y su andar se detuvo, sacudió su cabeza y las palmeó dos veces como reprimenda, avergonzada de sí misma. Dio un fuerte suspiro para serenarse y al levantar la mirada se encontró con el responsable de sus pensamientos, congelándose en su lugar al ser consciente de la mirada extrañada que el muchacho le daba. Un instante después, todo pasó muy rápido para Sakura.