Zutto || [ Siempre ]

• La última navidad •

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❀ ═══════ • Especial navideño • ═══════ ❀

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Todo el paisaje estaba cubierto de un harmonioso blanco frente a los ojos jades de Sakura. Nunca dejaba de asombrarla lo bello que se veía, incluso cuando tenía la misma vista año tras año. Viajar a la montaña en época navideña para esquiar era una actividad que los Haruno nunca rechazaban. No cuando la fecha coincidía con el aniversario de compromiso de los progenitores, los cuales gustaban de celebrarlo durante un par de días, quedando dentro de ese lapso la navidad.

El lugar estaba repleto de personas con la misma idea que ellos de disfrutar la nieve, pero no era algo que la incomodara; ella estaba acostumbrada y el sitio ya era como una segunda casa. La peli-rosa observó a sus padres estar acaramelados; ni bien habían puesto un pie en el albergue, sus padres se metieron a su propio mundo. Decidió darles su espacio como siempre hacía. Lo normal era que ella estuviera por su cuenta, algo que tampoco le molestaba porque siempre encontraba a personas de su edad para compartir durante la estadía gracias a su personalidad amigable. Sin embargo, esta vez era diferente porque había traído a alguien con ella.

La peli-rosa dejó de observar a sus padres y puso su atención en un joven pelirrojo que hacía lo posible por mantener el equilibrio con sus esquíes.

—¿Es tu primera vez esquiando, Enji-kun? —habló ella mientras se acercaba con sus propios esquíes.

—Lo he hecho un par de veces, cuando era niño —respondió él, concentrado en su tarea.

—¿Necesitas una mano ahí? —ofreció con una sonrisa divertida al ver que las piernas de él temblaban cuando sus pies se deslizaban sin su consentimiento.

—¿Con quién crees que estás hablando, chibi? Solo... dame un par de minutos para recordar cómo se hacía —gruñó, intentando recuperar algo de su dignidad mientras se trasladaba lenta y erráticamente por la nieve.

—No seas tímido. Sakura-sama te ayudará —sentenció con una sonrisa de ojos cerrados.

Enji sudó frío al ver esa expresión que no auguraba nada bueno para él, y no se equivocó cuando sintió un manotazo de ella en su espalda con la fuerza suficiente para impulsarlo por la pendiente.

—¿Ves? ¡No era tan difícil! —carcajeó Sakura. Ella siguió al pelirrojo que se deslizaba a toda prisa intentando no caer mientras gritaba en pánico.

—¿Estarán bien por su cuenta? —murmuró con preocupación el señor Haruno.

—Sakura conoce la montaña como la palma de su mano. Y ya están en su segundo año en la UA, estarán bien —recordó la señora Haruno, restándole importancia. Ella se acercó a su esposo y se enganchó a su brazo—. Mejor que comiencen nuestras pequeñas vacaciones. Aún se siente como la primera vez, cuando pediste mi mano aquí en navidad.

—Ah, qué lindos recuerdos. —El padre de Sakura se dejó envolver en su mundo junto a su esposa, olvidando que su preocupación anterior no era porque se perdieran los chicos, sino por la seguridad de Enji al estar a merced de su hija. Pero si había sobrevivido junto a ella todo ese tiempo, quería decir que no tenía de qué preocuparse, ¿verdad?

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Enji podía decir con certeza que la nieve no era para él; era fácil deducir ese argumento debido a la naturaleza de su peculiaridad, pero no se refería solo a ese factor. Poner nieve y a Sakura en un mismo lugar, no era seguro para él.