La Última Vez

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El ritmo de la vida estaba yendo más rápido de lo que las seis mujeres pudieron imaginar. No era malo para la mayoría, pero dos de ellas presentían que estaba por llegar el final de su sueño. Sin embargo, se estaban aferrando a lo que les estaba lastimando, puesto que también les daba el sentido de existir.

Minjeong se dirigía hacia el departamento de Derecho, donde quería sorprender a su novia, visitándola unos cuantos minutos. Ese día una tormenta estaba por suceder, las nubes estaban muy grises y el aire era más fresco. En el camino de la joven, tuvo varias paradas con chicas y chicos que la detenían para saludarle como era costumbre. Casi se había olvidado de su enorme popularidad en la universidad, ya que estaba totalmente ocupada con Karina.

Al llegar hasta el edificio que tenía como objetivo, se encontró con otro grupo de mujeres que conocía de varias noches de fiesta. No pudo evitarlas, ya que eran las personas que podían ayudarle a encontrar a su novia. Y tal como esperaba, una de ellas le dió la respuesta, así que con emoción se dirigió hasta un salón de clases.

Cuando se acercó a su destino, se percató de una figura masculina que no le agradaba mucho, puso su mejor cara y continuó caminando hasta llegar al chico.

-Minjeong-ah, ¿qué te trae por aquí?

-Hola, Minho-oppa. Estoy buscando a Karina.- La pelinegra fingió una sonrisa y buscó con su mirada entre la gente.

-Todavía no termina su clase.- El joven sonrió, molestando más a la menor.- Por cierto, he escuchado que tienes novia.

-Sí, hace unas semanas que sucedió.

-Es una total sorpresa, tantas mujeres que han pasado por tu cama, que no podría creer que te tomas en serio a una.

Minjeong frunció su ceño, sintiendo desagrado por el comentario.- No tienes idea de lo que dices.

-Escucha, Minjeong, debes detener tu juego con Karina. Lo que sea que tengan no va a funcionar, prácticamente nosotros dos estamos destinados a estar juntos y no puedes hacer nada al respecto. No tienes el dinero, la posición ni el sexo que su padre quiere para ella. Así que haznos el favor de no hacerlo más complicado.

La menor apretó sus puños, quería gritar e insultarle, pero la presencia de otra pelinegra la detuvo.

-¿Minjeongie? ¿Qué haces aquí? Dijiste que estarías ocupada hoy.- Karina observaba con sopresa a su novia y después al castaño que sonreía.

-Tal vez se olvidó de algo, ¿verdad, Minjeong? Pero, nosotros vamos tarde a la reservación, es mejor que nos apresuremos, Rina.

-¿Reservación?- Minjeong preguntó confundida a su novia.

-La he invitado a comer, espero no te moleste.- El castaño sonrió con diversión, mientras se acercaba más a Karina, quien estaba nerviosa por el rostro sin expresión de su novia.- Puedes venir con nosotros, si quieres.

-No, ya tengo que irme.- La menor dió vuelta con cientos de emociones que la confundían, pero dentro de eso, aún le quedaba un poco de razón para no meter en problemas a su novia.

-Minjeong-ah...- Karina habló con desesperación, pero la chica no se detuvo. Quiso seguirla, sin embargo, prefirió terminar el asunto que tenía pendiente con el chico que estaba a su lado.

En otro lado de la ciudad, Tiffany tampoco pasaba un buen momento, no podía concentrarse en su trabajo, así que había cancelado varias citas y reuniones. Sus nervios la estaban volviendo más loca de lo que ya se sentía. Taeyeon se percató de ello y no quiso molestarla por varios días, aunque se llamaban como era su nueva costumbre, durante el almuerzo y antes de dormir.

Change in LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora