capitulo 4

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▬▭ ..○ glowing moon ○.. ▬▭

― ¿No tienes frío?

Volteo mi rostro en dirección a donde vino la voz y lo observo ahí, parado, su figura pareciendo una silueta siendo iluminada por la poca luz que proyectaba la luna en su piel, ¿qué hace acá? Debería estar con su...amigo.

― ¿Qué haces afuera?

Tu no deberías estar aquí, no deberías estar conmigo, por favor, vete, no me hacer verte ahora.

― No respondiste mi pregunta, ¿no tienes frío?

Repitió nuevamente, con su tono de voz igualmente suave.

― estoy bien, no tengo frío, no te preocupes.

Sonrío levemente y vuelvo a mirar a la luna, intentando buscar refugio en mis pensamientos.

― claro que me preocupo, te quiero, ¿por qué no me preocuparía?

¿Por qué? Porque no es tu deber.

Mi mente piensa tantas cosas, sin embargo no digo ninguna.

― No digas tonterías.

Vete, por favor, vete, aléjate de mi, me estás lastimando internamente, tu me quieres, pero yo te amo y es algo que no lograrás entender.

― prepararé algo para beber, ¿si? Entra a la casa dentro de un rato, te enfermarás aquí afuera.

Siento una leve caricia en mi cabello que desaparece al segundo de haber aparecido, ¿era necesario hacer eso?

No le contesto, no quiero contestar, sus pasos ya no suenan entre el pasto en el que estoy sentado y solo entonces, me permito respirar con tranquilidad.

― Parece que, el destino me quiere atado a ti, a pesar de que tú no quieres estar atado a mi.

Suspiro con pesadez, rendido una vez más, no debiste hacer eso, no debiste tocarme, no debiste concederme ni un roce de tus dedos en mi cabeza, porque solo ese suave toque hace que mi corazón se altere.

― Hermoso, tan hermoso como tú, luna bella, él brilla con el mismo resplandor que tú, en la misma oscuridad, una linda luz es lo que trae su presencia, una calma al ver sus ojos, una galaxia de estrellas al verlo bien, brillan como las estrellas que te rodean, y entre tantos parecidos, tenía que incluir el estar tan lejos de mi, el no poder tocarlo, abrazarlo a mi gusto, solo ser capaz de apreciar su brillo desde lejos, odio esto.

Ámame, ¿puedes concederme eso?

Una vez más, giro mi cabeza en dirección a la casa, viendo por la ventana a ti y tu acompañante abrazándose, mi corazón se estruja, mi realidad duele, si solo pudieras verme así todo sería diferente, suspiro nuevamente y vuelvo a mirar a la luna.

BrezoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora