Un papel tras otro va rodando por el suelo, algunos caen dentro de bote junto a más papeles arrugados en una pequeña pelota.
no sirve, nada de esto sirve.
decirte como me siento es un gran paso sin duda, pero es tan grande, que tengo miedo a darlo mal y caer, porque al caer, se que no estarás para mi con toda atención, sé que mirarás a otros ojos y preferirás aquellos antes que el mio ¿Me equivoco? Creo que no.
Oh, pobre alma perdida, que será de ti, debes aprender a fallar, no pidas que abran los ojos y te miren, abrelos tú y mira, ¿es así como quieres vivir tu vida?
El amor, el amor, el amor, es algo tan sencillo y tan difícil, dicen que es algo agradable, que es algo hermoso, que sientes como las mariposas revolotean en tu estómago cundo ves a esa persona que amas, para mi, no es así. El amor, el amor, el amor, dicen que, te hace feliz, ¿de verdad? a mi solo me causa dolor, pero a fin de cuentas, también es amor.
suspiro por milésima vez este día, me acomodo y me siento en la silla provocando un pequeño ruido por el movimiento de esta, tomo un lápiz y empiezo.
Querido amor.
¿Cómo decirte que te quiero? lo intenté un millón de veces, y en cada una de ellas eh fallado, estoy con el agotamiento al tope, no tengo idea de como decirte esto, vivo en confusión y lamento si eso te molesta ahora, pero no puedo decirte esto tan directo, no me lo permitía, es muy importante, así que lo intentaré ¿por dónde debería empezar? Ah, sí, tu sonrisa.
¿Por qué tu sonrisa? pues, en realidad es lo primero que ví de ti el día que me presentó tu madre ante ti, podría usar trillones de palabras para describir lo hermosa que es tu sonrisa, aún así, para mi, no serían suficientes.
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- Hijo, por favor baja, hay visitas .
El chico al escuchar los llamados de su madre se apresuró a tomar sus zapatos y bajar, hacía bastante frío esa tarde como para andar descalzo, y con ese pensamiento sus delgados labios formaron un puchero inconsciente, acomodó su ropa lo más rápido que pudo y bajó saltando en cada escalan camino a la sala, de donde provenían los llamados de su madre. - ¡Buenas tardes! - saludó el pequeño con voz alegre, miró a su madre y se sentó felizmente en el pequeño sofá para uno, aún sin notar su entorno su madre lo volvió a llamar, extrañado, y un poco curioso, levantó la vista para mirarla claramente - ¿Si?- Ella le hizo un gesto rápido para que se acercara donde estaba junto a su al parecer amiga, y ahí lo notó, un pequeño bulto envuelto entre una manta celeste pastel descansaba en los brazos de la amiga de su madre, me acerqué más y visualice un poco de piel asomarse entre las mantas.
¿Oh? !Un bebé!
Tenía la piel tan blanca como la nieve, sus pocos cabellos revueltos por todas partes, ojos redondos y grandes, una pequeña nariz y labios de un rosado tan brilloso, parpadeé cuando su mirada se conectó con la mía, me acerqué con cautela de no asustarlo, todavía curioso de él, mi rostro cuando menos lo noté estaba algo cerca del suyo.
El bebé, expectante de la nueva persona delante de su persona, movió su diminuta mano, la levantó con algo de dificultad y con un poco de esfuerzo atrapó la nariz de quien se encontró delante de él, sus regordetas mejillas se elevaron un poco ante la sonrisa que había formado, orgulloso de su logro, atraparlo entre sus manos, ahora ese chico que tanto se le acercó sería su prisionero. oh, igual que su nariz. Mientras tanto, el otro niño lo miraba sin poder reaccionar, cuando una carcajada resonó en la habitación, el bebé se movió tiernamente sus pequeños manitos, ambas aún en la nariz del niño mayor ahí y soltó una risa más fuerte, sin mostrar indicios de querer soltarlo.
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Ah, extraño tanto eso, cuando esas sonrisas eran dedicadas a mi.