Capítulo 11

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25 de Noviembre - 11:47 PM

Un minuto antes de la muerte de Nellie Horan

Conteniendo las lágrimas la chica de rizos dorados y vestido color coral asiente delicadamente sin dejar de apartar la mirada del césped, es hasta que escucha algo moviéndose a su alrededor que levanta la cabeza.

Puede ver no tan lejos de ella a Harry y a Louis, dormidos en el patio a algunos metros de la alberca, puede escuchar la música proveniente de la fiesta y si observara un poco más alto podría ver la ventana de su cuarto donde está su muy suave cama y peluches favoritos... sin embargo tiene ese típico dolor en el estómago, en sus entrañas, esa sensación de negación, el sentir que no podría avanzar mucho porque sabe lo que va a pasar, no tiene escapatoria.

Vuelve a revisar la carta que está en sus manos, cada oración, cada punto, cada coma y por último la firma. Es tan delicada, tan fina y de un trazo sutil, preciosa caligrafía piensa con pesar... quien la asesinará tiene preciosa caligrafía.

Es curioso porque quien sea Memento Mori lleva perforando su mente por días con amenazas y jugando con la mentalidad de quienes ama, todos en la casa parecen estar cayendo poco a poco en la locura mientras ella se hunde en la inquietud y las náuseas... no merece esto, ella en verdad no merece esto. Todo empezó amenazándola por haber ido a una manifestación con personas del Barrio Dorado... no, definitivamente no merece esto, no por marchar con sus gente en una calle grande mientras el suelo se llenaba de colores y no paraba de sonreír... no, no merece esto, ¿o si?

La carta es estúpidamente pequeña, un rápido:

Nellie, en la alberca, a la media noche, no hagamos ésto más grande... y por favor, no me vengas con lagrimas o tonterías de ese tipo, te lo advertí. Recuerda que los tengo en mis manos Nellie, no hagas estupideces.

Memento Mori

Escucha pasos a su lado izquierdo, en silencio, y ella en verdad nunca ha sido de las personas que se rindan o pierdan las esperanzas pero ya no quiere que la cabeza le duela, ya no quiere sentirse culpable, ya no quiere llorar más, simplemente quiere que esto acabe, quiere descansar... Está llorando, su mirada se nubla por las lágrimas mientras sigue escuchando a alguien acercándose, es valiente así que da media vuelta para encarar a quien sea que esté jugando con ella, su movimiento es tan cuidadoso que su madre se sentiría orgullosa pensando que es gracias a sus estúpidas clases de ballet cuando en realidad el miedo la está comiendo por dentro.

Es rápido, demasiado rápido pero la inyección en su brazo ya ha sido aplicada sin darle la oportunidad de gritar, aunque no lo hubiera hecho.

Vió aquel líquido desvanecerse en la jeringa mientras el brazo empieza a doler y oh vaya, duele como la mierda, quiere arrancarse el brazo de una manera alocada, no es muy consciente a estas alturas gracias a la batalla que ocurre dentro de su organismo entre la sustancia y sus defensas, será una derrota aplastante pero por mientras considera que arrancarse esa extremidad es una fabulosa idea.

Se rasguña un poco, debe quitar su brazo, debe... hacer que deje de doler, Dios mío que no duela más, es demasiado, ES DEMASIADO!! Muy poco después su mano se tensa y por primera vez es consciente de cada hueso en su cuerpo, cada unión, cada parte en ella porque todas duelen. Se queda quieta como una flor seca debido a la parálisis, como si su cuerpo fuera tan delicado y frágil que con tan solo la brisa podría deshacerse en polvo y ser llevada por el viento, después empieza a sentir algo fluyendo por su boca, escupiendo.

Ya no puede abrir los ojos y su quijada se siente dura, pesada, como un muñeco oxidado, ¿Sería muy absurdo pensar que esto no está para nada bien?, quiere reír ante la estúpida idea porque en primer lugar nadie podría escucharla y en segundo a nadie le importa un carajo. Basta... de los últimos pensamientos que cruzan por la mente de Nellie es ¿En verdad ésto importa?.

Memento Mori  💀 LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora