En una palabra, aquella situación era lo más irreal que alguna vez hubiera querido vivir, por más que tiraba de las riendas de su caballo y este daba lo mejor de si para avanzar, era más que sencillo adivinar, que esa noche iba a morir.
Hacia un par de meses que su adorado padre había muerto, el rey Byun Deok, emperador de la dinastía Gyeongju, el padre de él, sus tres hermanos mayores y sus otras tres hermanas mayores. Dejando un trono y todo un legado del cual alguien tenía que hacerse cargo.
Cualquiera sabría que BaekHyun, el séptimo príncipe, nunca tendría oportunidad de gobernar, no al menos por el orden que venís rigiendo a su familia por generaciones enteras. Por eso mismo, nunca se había preocupado por aprender buen sus lecciones o dar una buena impresión, su turno para ser rey, llegaría cuando YiFan, el primogénito, seguramente ya tendría hijos que por ley, serían sucesores directos y él sería demasiado viejo para entonces.
Aún así, su padre había visto en él algo que sus hermanos por más lecciones y buenos modales que mostrasen, no tenían, humildad, valentía, empatía y generosidad y por estás cualidades, había escalado peldaño por peldaño hasta ser sucesor.
Trato de negarse, el cielo y él sabían cuanto lo había intentado, pero su palabra apenas sirvió de algo contra la del emperador.
Se le organizó un matrimonio, se le dieron más lecciones que está vez tuvo que aprender y finalmente se le dió la noticia a todo el mundo.
Su pueblo lo quería y lo aceptaron gustosos, sin embargo, sus hermanos no. Fue cuando quiso creer que su padre viviría el tiempo suficiente como para que cambiará de idea, pero eso no pasó y tras su muerte, su coronación se organizó para solo unas semanas después.
Pero sus hermanos no iban a permitirse eso, si podían evitar que fuera a convertirse en rey, lo harían y no les importaba llenar sus manos de sangre para ello.
Esa noche era el día de su ejecución.
Los ejércitos de sus seis hermanos mayores lo perseguían sin piedad alguna, podía escuchar las voces de todos gritando su nombre y amenazas.
En cualquier momento creía que se pondría a llorar, pero solo lo entorpecería, estaba sumamente asustado porque sabía que incluso si ellos no lo atrapaban, no tenía a dónde ir, tendría que irse del pueblo y estaría a Merced de los enemigos de su familia.
Y si lo atrapaban, solo podía haber dos resultados, o moría a manos de ellos o simplemente lo encerrarían en un calabozo hasta que el tiempo y el hambre hicieran su trabajo, si lo atrapaban, moriría, de eso estaba más que seguro.
BaekHyun salió de sus pensamientos cuando notó que su caballo había frenado abruptamente, encontrándose con un lago que impedía su avance.
-Por todo lo sagrado...- BaekHyun no sabía que hacer y solo escuchaba como el ejército se acercaba aún más, podía ver sus antorchas encendidas iluminar el camino para ellos. Aterrado, bajo del caballo y solo miró el camino detrás de ellos y el lago, tenía que tomar una decisión ya.
-¿A dónde ha ido?- YiFan se encontró con el lago bloqueando su camino, el caballo de su hermano menor, que infantilmente había llamado Sakura. Tomó las riendas del caballo para evitar que este huyera e iluminó con su antorcha alrededor.
Era bien sabido por todos que BaekHyun era un pésimo nadador, así que solo era cuestión de esperar a que se le acabará el aire. Iluminó más de cerca, pero la oscuridad era mucho mayor que su pequeña fuente de luz.
-¿Está ahí?- pregunto Irene aún sobre su caballo, intentando mirar algo desde su lugar.
-Si lo está, no podrá estar ahí para siempre- YiFan y todo el mundo se quedaron en silencio, esperando que BaekHyun finalmente perdiera el aire y saliera a la superficie pero incluso así, el agua apenas tenía movimiento y no aparecían burbujas de aire que dijeran que BaekHyun estaba dentro. -Si lo está, ya murió, nunca fue bueno soportando la respiración.-
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Mangata
FanfictionLa luz de la Luna puede generar el mangata, que significa "reflejo, similar a un camino, de la luna en el agua". Chanyeol ha perdido toda esperanza en el amor y en la vida, cuando su prometida lo abandona, irónicamente, la misma noche del mangata...