-Segunda parte-

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Las piernas de Niall ya dolían de tanto correr y ni hablar de sus pulmones, parecía como si estuvieran estrujándolos y pisándolos. Miró hacia atrás una vez mas y pudo ver a la pandilla de Blake aun persiguiéndolo. Maldijo en voz baja y apresuró aun mas su trote, no quería que lo golpearan aun mas. Un ojo rojo, un labio un poco cortado y sangrando no eran ninguna broma. Y todo gracias a una de sus tantas tonterías, ¡Había sido sin querer el tirarle las cosas a Blake! Pero a decir verdad no se lo había tomado de la mejor manera y ahora hacía mas de diez cuadras que venía persiguiéndolo. O bueno, tal vez Niall exageraba un poco, pero para sus piernas y pulmones si parecía que hubiera estado corriendo diez cuadras. Miró nuevamente para adelante y en ese instante chocó contra una piernas largas cayendo al suelo rápidamente sobre su trasero. El rubio elevó su mirada hacia arriba, aterrado por ver quien era la persona con la que había chocado. Sus ojos parecieron iluminarse cuando vio al castaño simpatico de la panadería mirándolo extrañado mientras el ceño se le fruncía ligeramente. ¿Qué le había pasado a su rubio bonito? Pensaba Harry mientras lo inspeccionaba con la mirada.

-L...lo siento- logró murmurar el rubio, Harry lo miró aun mas atento al ver sus apatecibles labios sangrar. ¿Pero que mierda?, se preguntó el castaño y unos gritos delante de él lo hicieron salir de su trance.

-Ahora si Horan, ¡Moriras!.-Exclamó un niño un poco mas alto que Niall y un poco regordete. Harry frunció aun mas su ceño y miró a su pequeño bonito temblar por completo y ni girarse a mirar a los niños que estaban detrás de él, en cambio parecía que se largaría a llorar en cualquier momento.-¡Eres un cobarde, no puedes huir!.-Sonrió con malicia Blake y Harry enfureció cuando comprendió que, tal vez, eran ellos quienes habían provocado que el rostro de su niño bonito se viera algo inchado.

-Oye tú, niño.-Harry habló con su voz mas gruesa de lo normal haciendo temblar a los niños que, segundos antes, estaban por golpear a su rubio. -¿Te crees mucho por golpear a otros niños? Pues, ¿Te digo algo? No eres mas que un niño frustrado que solo saca toda su mierda afuera descargadose con los demás. Sinceramente las personas como tú me dan asco- Harry ni siquiera sabía porque le estaba hablando así al niño, siempre le habían encantando los niños pequeños, pero era el colmo que esos niños quisieran golpear a su Niall. -Ahora vete con tus amigos a jugar a las muñecas si no quieres que los golpee hasta cansarme, idiota- Gruñó haciendo temblar nuevamente a los niños y también a Niall quien quería salir corriendo nuevamente. Blake miró mas que asustado a sus amigos y se fueron rápidamente, dejando a un Harry completamente satisfecho de lo que había logrado. Miró al oji-azul y este se encontraba echo una pequeña bolita, abrazando sus piernas y con su cabeza entremedio, llorando fuertemente. El niño no sabía si lloraba por rabia, miedo o de felicidad, ¡Harry había logrado que esos idiotas lo dejaran en paz! ¡Había logrado que no lo siguieran golpeando! Su corzón comenzó a chocar mas rápido contra su pecho y sintió un remolino de emociones cruzar por él cuando las manos de Harry lo tomaron y lo acercaron a su pecho, haciendo que el niño se recostara contra él. Niall apretó entre sus manos la camisa de Harry y encondió su rotro contra su pecho, sollozando aun mas fuerte por sentirse tan débil.

-Y..yo soy un idiota- Murmuró el oji-azul contra el pecho de Harry quien le acariciaba su suave cabello -Ni siquiera puedo cuidarme solo- El castaño sintió su corzón encojerce al escuchar aquello.

-No digas eso, Ni- La voz pareció fallarle al decir aquello, es que...en serio le costaba ver a su pequeño de es manera. -Vamos, te llevaré a mi casa y te curaré- El menor negó energéticamente con su cabeza, se negaba a seguir molestando a Harry.

-No, no quiero- Murmuró, con timides -Mi casa esta cerca y...-El castaño lo interrumpió, frunciendo ligeramente su ceño al ver que el pequeño le estaba mintiendo.

Niño bonitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora