Cristal Swan, una niña de tan solo 15 años quien vivía juntos a su madre y su hermana mayor Isabella Swan. Digo vivía porque luego junto a su hermana, se fueron a Forks a dónde su padre el sheriff Charlie Swan.
Todo parecía normal en ese pueblo para...
La niña de cabello castaño se encontraba tirada en el jardín trasero de su casa, viendo directamente hacía el cielo junto a ella ese cuervo, cuál ella había nombrado Gaster.
Ella tenía los ojos cerrados, pensando en ideas para ayudar a su hermana y que dejé de estar moribunda en su cuarto, todo había cambiado por la partida de los Cullen.
Sobre todo ella, ya no era la típica niña con una sonrisa por todos lados. ¿Cómo es que una familia, pudo cambiarla tanto luego de su partida?, Esa siempre fue su pregunta.
—Cristal—abrió los ojos viendo a su padre, se levantó del suelo quedando sentada aún en su manta. —¿Que pasa, hija?— preguntó el sheriff el era también perjudicado en ésto, sabía cuánto su hija menor amaba a los Cullen y sabía que su partida tanto para bella como para ella fué muy mala.
La menor suspiro y habló. —Estoy pensando, quiero ayudar a bella, no quiero que esté más como está ahora—dijo mirando al ciervo quien se había ido a un árbol medio lejos. —Quiero de vuelta a mi hermana—una lágrima cayó por el ojo de la menor.
—Yo también quiero que bella este bien, cielo y créeme que hago todo lo posible—dijo el sheriff quitándole la lágrima y dándole una pequeña sonrisa. —Se que haces lo mejor para que tú hermana este bien y sé que con el tiempo todo pasará y bella estaré bien... Solo falta un poco de tiempo—asintio la niña dándole la razón. —Ven, vamos a hacer panqueques—la niña sonrió y volvió a asentir.
Así ambos entraron, pero Cristal le avisó a su padre que iría con bella y que volvería en segundos.
Subió las escaleras para ir directamente para la habitación de su hermana, tocó dos veces.
—Bells... Mmmm yo quería avisarte que con papá haríamos panqueques que te voy a traer cuando estén, ¿Por favor, dime algo?—la voz se le fue cobrando, extrañaba a su hermana y mucho.
—Bien...
La alegría que tubo la menor fue tan grande que hasta se le cayó unas lágrimas que rápidamente limpio para ir a hacer los panqueques.
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Cristal
Estaba en la escuela, papá me había traído, yo estaba en la mesa de los amigos de mi hermana cual eran también mis amigos desde el primer día de clases, me caían bien... Pero no era como estar con los Cullen.
Ellos estaban hablando mientras yo comía callada, lo solia hacer siempre.
—Cristal— me doy vuelta y veo a Angie, sonrió un poco asintiendo.
Ella luego dió vuelta su mirada para ver a mi hermana completamente sola, en esa mesa cuál era de ellos.
—Ire al baño— digo para levantarme y salir de la cafetería.
Estos días me sentía bastante mal, me dolía bastante la cabeza estos días, pero no le e dicho a nadie, ni papá, ni mamá ya tenían bastante con bella.
—Hey, chica rara—me di vuelta con mi peor cara ya sabiendo quien era.
—¿Que quieres, Louis?, ¿No tienes algo mejor que hacer?— preguntó viendo al chico cuál era compañero de mi hermana.
—No, me gusta molestar a las niñas y justamente tú eres una—negue con la cabeza, no me interesa que alto sea no me intimida en lo absoluto.
—Que bueno, a mi justo me gusta golpear a idiotas que no tienen cosa mejor que hacer— así mi pierna fue a su entré pierna.
Este calló al piso de rodillas. —Demonios— maldicio mentalmente.
—¿Te dolió eso Phober?, No te metas conmigo porque mi yo del pasado te lo perdonaría pero yo no— así lo dejé y me fuí.
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