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Ok.. Tom ya estaba recuperado y ya podía ir a la escuela. No estaba muy emocionado.

_Pero todavía me duele el pieeeee_ lloriqueo, intentando librarse aunque sea de un día más de clase.

_Para tus pendejadas pareciera que no te duele_ le reclamó la beta.

_Pe-pero... Pero no tengo los apuntes completos!_ puso otra excusa, mientras era arrastrado por su amiga alfa, ya vestido con el uniforme y con la mochila colgando de su hombro.

_Cuando volvamos los pasas a tu cuaderno. Ya tenemos que irnos_ finalizó la alfa, arrastrando a su amigo delta afuera y cerrando la puerta detrás de ella.

El Delta gruñó y se quejó de tener sueño durante todo el camino.... Hasta que la alfa se cansó y le dio un zape en la cabeza.

Llegaron y se ubicaron en sus lugares.... Pero un olor llego hasta las narices del trío.

Y Tom no estaba muy contento con la empalagosa fragancia.

Hizo una mueca de asco, tapándose la nariz con las manos.

_que olor asqueroso!_ exclamó.

_oh, eso. Nos olvidamos de contarte que esa Omega olía demasiado dulce para tu gusto_ rió apenada la beta.

Tom puso los ojos en blanco antes de volver a refunfuñar acerca del olor que cada vez era más fuerte.

Entonces, de entre las puertas apareció aquella Omega de la que le habían hablado, tal cual como de la habían descrito. Estatura media, delgada, cabello largo y castaño.

Tom se mostró claramente fastidiado.

Había una sola cosa que odiaba más que levantarse temprano, y eso eran los olores asfixiantemente dulces.

Y está Omega tenía un aroma a vainilla tan empalagoso que sentía que se iba a sofocar en cualquier segundo.

De su mochila sacó un cubrebocas que se colocó para bloquear el olor, además de abrir la ventana para ventilar. No se dejaba llevar mucho por el aroma de la omega, sabía medianamente controlarse lo cual debió aprender a la mala desde muy pequeño.

La chica al verlo se acercó con una sonrisita amigable y decidió saludarlo.

_Hola! Me llamo-_

_largo apestosa_ si.... Tom no era el más amistoso cuando tenía sueño.

La Omega lo miro incrédula, antes de que su olfato detectara las feromonas agresivas del delta. Y se tapó la nariz.

Era una mezcla tan desagradable y amarga, o al menos para ella, a cigarrillos y hierba que se hizo hacia atrás.

_apestosa yo?! Te has olido siquiera?!_ le respondió.

Pero el delta se mostraba hostil.

Con un gruñido indignado, se sentó junto a Nella, la beta.

_¿Que diablos le pasa a ese Alfa? ¿Se cree taaaan superior a mí? ¿Así son todos los alfas?_ gruñía refunfuñando en voz baja.

_eh? Aaaa no no no no no, el no es un alfa_ rió la beta ante el comentario.

La Omega la miro con confusión.

_es un delta, y está enojado porque tiene sueño, tenle paciencia, ya se va a calmar cuánto tomé su bebida mañanera durante el receso_ rió la beta en voz baja.

A la Omega le entró cierta curiosidad.

Solían decirle que los Delta eran seres casi extintos muy violentos y agresivos, aunque este tipo solo parecía ser un gruñón malhablado.

Se le hacía chistoso.

_es inofensivo una vez que lo conoces bien_ finalizó la beta antes de ver qué la profesora entraba al salón de clases.

Al final de la primera clase, el primero en salir corriendo de ese lugar tan horrible al que llamaban salón de clase fue Tom, yendo directamente a comprar una de sus bebidas energéticas favoritas.

Pero otra vez, ese olor.

Arrugó la nariz con asco, frunció el entrecejo y puso los ojos en blanco con molestia.

_oye oye_ le llamó la Omega, jalando del saco de su uniforme.

_que quieres? Estoy ocupado_ espetó amargarmente, quería una bebida para despertarse un poco, se caía del sueño.

_hey! Trátame bien_ se quejó la Omega.

El Delta solo se tapó la naríz y compró su ansiada bebida.

Empezó a beber tranquilamente, como si de repente el sueño y la fatiga se fueran.

La Omega miró con gracia al chico que hace unos minutos atrás la insulto y ahora estaba sonriendo tan relajada mente.

_ahhh mucho mejor, ahora si ¿Que quieres?_ preguntó mucho más relajado, aunque su cara no tenía mucha expresión.

_empezemos de nuevo, hola, me llamo Pilar_ saludo la Omega, extendiendole la mano.

El delta suspiró, aceptando el apretón con algo de disgusto. No quería tocarla o se le pegaría la peste a Omega.

_Tom..._ mascullo, sintiendo como el aroma invasivo lo ahogaba lentamente, pero a petición de cierta Alfa trataba de ser amable.

Trataba.

El resto del receso se resume en Tom huyendo por toda la escuela de aquella Omega que siempre lograba rastrearlo.

¿Que diablos le pasaba?

Un Omega por puro instinto debería temer de un Delta, y más si parece agresivo ¿Acaso está chica no valoraba su vida? Tranquilamente podría arrancarle el cuello de un mordisco, pero sigue pegada a el como chicle en el zapato.

Ugh, que fastidio. No le gustaba para nada la gente nueva.

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