Como un sueño, la primera vez que te vi, sentí que ya nos habíamos conocido. Era una loca sensación. Fuiste como una luz en un mundo monótono. La timidez me rodeo, ni siquiera pude preguntar tu nombre. Esperaba un reencuentro, esperaba que fueras aquello llamado destino.
Nos encontramos en la misma parada de autobús. Te sentabas en el mismo asiento de enfrente, de lado de la ventana. Mientras repasaba mis apuntes, tu dormías tranquilamente. Un día tome tu asiento, aquella ves, te sentaste de lado mio. Te preste mi hombro.
Pronto te diste cuenta de mi presencia, no quería que tuvieras una idea equivocada de mi. Realmente, era la hora en la que tomaba el autobús. Por ello tome la iniciativa de entablar una conversación. -¡Que agradable día!- Aún que, aquella vez había una tormenta. Sin querer te saque una sonrisa.
Pasaban los días, ambos tomábamos el autobús de siempre, platicábamos sobre cualquier tema que para los demás parecería insignificante. Cada día que nos veíamos, nos saludábamos, siempre preguntándonos por el clima. Compartíamos lo que nos gustaba. Las envolturas de los dulces que me regalabas, las aguardaba como un tesoro.
Otro día más, en tomar el mismo autobús, pero este día era diferente, había tomado la decisión de invitarte al parque o al cine. Quería confesar todo lo que mi corazón había guardado. Nos sentamos en el mismo asiento. -¡El clima de hoy es maravilloso!- Tanto que interrumpió mi confesión. Solo pude abrazarte, en busca de protegerte. Aquel amor por ti, ahora esta en llamas.
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La música de camino a casa
RomanceMini cuentos que son inspirados en canciones, tratando de reflejar la vida cotidiana, algunas historias de romances, algunas con un destino en común y otras con algunas tragedias.