Mírame Kim Taehyung

CAPÍTULO 11. MEDIA NOCHE

Para ser un martes por la tarde Yoongi no dejaba de lamentarse.

Aún no hablaba con su novio, ya había pasado más de una semana en la cual no hablaban, comenzaba a extrañarle.

Así que tomó sus llaves y salió de casa, en su mente formulaba una disculpa adecuada, pero no sería suficiente, la había cagado.

El no entendía como permitió aquella distancia entre él y su novio.

Así que tomó un taxi y se dirigió a la casa de Namjoon, sin antes pasar a una tienda y comprar una pequeña maceta en forma de un tierno León y un libro que hace mucho tiempo su novio quería, compró una caja de regalo y colocó ambos objetos junto algunos dulces de cereza, los favoritos del moreno.

Y cuando estuvo fuera de su casa, dudó en tocar el timbre, pero al final lo hizo y la puerta se abrió segundos después.

Namjoon se veía cansado, con ojeras marcadas y la ropa desaliñada.

— ¿ Yoongi?... - le habló con duda.

— Nam... Yo... -habló rascando su nuca con pena.

Las disculpas eran difíciles para Yoongi.

Namjoon le miró y notó aquella caja de regalo.

— te traje algo... -siguió hablando Yoongi.- e sido un idiota estos días... ¿Puedo pasar? Necesitamos hablar.

— ¿después de una semana se te ocurre venir a hablar conmigo? -dijo Nam cruzando sus brazos. — ¿a qué se debe que te acordarás de tu novio?

Yoongi sintió una opresión en el pecho al ver a Namjoon con lágrimas en los ojos sin dejar aquel porte hostil.

— Nam... Se que lo arruiné, no me gusta pelear contigo.

—¿y creés que un obsequio lo va a arreglar?-dijo mirando de nuevo la caja verde en las manos del pálido.

— Yo... Sé que querías aquel libro de misterio que vimos el otro día... Lo compré para tí y una masetita para Shelby... También traje dulces de cereza...

Namjoon se sintió querido ante tal gesto, su novio si le escuchaba y reconocía el amor que le tenía a su pequeña planta ,como anhelaba aquel libro de su escritor preferido y que siempre cargaba con una pequeña bolsa de caramelos sabor cereza.

¿Yoongi le quería no es así?

—eres un estúpido. -le dijo Namjoon y el pálido le miró confundido.

— Lo soy... - afirmó Yoongi.

— y aún así te amo tanto...

Yoongi le sonrió apenado y Namjoon no dijo más, jaló al pelinegro hacia dentro de su departamento, fundiéndose en un beso lento.

Ambos dentro del Departamento se besaron desesperados por sentir el tacto del otro.

El regalo quedó en algún lugar de la sala, mientras que ellos terminaron entre las sabanas de Namjoon, entregándose el uno al otro como solía ser después de que Yoongi arruinara las cosas.

Yoongi pasó el resto del día en la casa de Namjoon, después de esa candente reconciliación decidieron pedir comida italiana mientras que miraban un pésimo reality show que les hacia reír por el drama innecesario y malas actuaciones.

Es realmente difícil reconocer cuando tu amor se vuelve costumbre y ambos estaban jodidamente confundidos.

El amor se había agotado hace tanto tiempo.

Namjoon se acomodó al costado de su novio, dándole caricias en el pecho, mientras que enterraba su rostro en el cuello del pálido.

—¿ qué pasa amor? -le preguntó Yoongi tratando de mirarle.