Capítulo 2

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-Un puto dragón- gritaba Gyutaro- el tío ese es un puto dragón, ¿tú sabías que podían hacer eso?

-Por supuesto que no- le reprochó Akaza- nadie en el maldito planeta sabe que pueden hacer eso.

-Técnicamente es un secreto propio en las tribus de dragones- interfirió su captor.

-¿A tí quién coño te ha preguntado?- gritó el omega de cabellos verdes- en vez de hablar bájanos de aquí.

El dragón río provocando que la ira de Akaza aumentará. Había pasado una hora desde que habían sido capturados y durante todo ese tiempo habían estado colgados de aquel árbol fuertemente amarrados por gruesas cuerdas.

-Habeis intentado robas un huevo- dijo el ser- precisamente el único de esta temporada y creíais que os ibais sin consecuencias.

-Y con el huevo para ser exactos- dijo Gyutaro.

Akaza golpeó su cabeza con la de su amigo, ¿acaso se había vuelto loco?¿cómo se le ocurría decir eso?

El dragón se levantó sin quitar la sonrisa de su cara, se acercó lentamente a Gyutaro y comenzó a olfatearlo, el omega se movió con enfado intentando alejarse provocando pequeñas heridas en su piel y la de Akaza.

-Omega- susurro mientras su sonrisa aumentaba- perfecto, me gustan con carácter.

-Suéltame y te demuestro el carácter que tengo gilipollas.

-Aunque demasiado mal hablado- continuo divagando- no te preocupes, lo arreglaremos.

-La cara te voy a arreglar yo del puñetazo que te voy a meter.

-Gyutaro, por favor- suplicó Akaza- cállate.

El omega emitió un último gruñido e hizo caso a su amigo, la situación en la que se encontraban era demasiado complicada, tenía aque controlar su temperamento.

El tiempo continuó pasando en silencio a pesar de la múltiples preguntas que hacia el dragón, preferían no decir algo que complicará más su actual estado. Cuando el sol se encontraba en su punto más alto, quizás el mediodía cálculo Akaza, las sombras de los dragones empezaron a inundar el claro.

-Uzui- llamo una voz aguda-¿Por qué mi huevo no está en su nido?

-Shinobu, relajate- dijo el captor mientras le entregaba el huevo con cuidado- solamente me he asegurado de que estuviera más seguro, han pasado una cuantas cosas hoy.

-¿Y tan malas son como para que quites a mi bebé de su nido?- pregunto enfadada.

-Teniendo en cuenta que han estado apunto de robarlo, sí- afirmó mientras señalaba a los dos omegas colgados del árbol.

La dragona les miro con odio y avanzó de manera amenazante hacia ellos, Akaza hubiera temido por su vida sino fuera porque la belleza de la mujer le tenía hipnotizado, sus amplias alas rosadas con leves brillos morados, sus pequeños cuernos que parecían un decorado de su peinado y su piel blanca como la porcelana, era el dragón mariposa.

-Yo que tú no les haría daño- aviso Uzui- ambos son omegas.

La joven paro en seco y miro sorprendida a su amigo.

-No estarás pensando lo que creo que estás pensando, ¿verdad?

El dragón sonrió ampliamente como confirmación.

-Ire a avisar a los demás.

Akaza observó a la hermosa mujer irse. El dragón plateado los bajo sin cuidado y tiró de ellos siguiendo los pasos de la omega.

Akaza volvio a observar aquel maravilloso valle pero esta vez con temor pues miles de semidragones se encontraban alrededor del vacío nido.

-Te dejamos un día al cargo y la cagas- reprochó un hermosa mujer de pelo largo negro y características similares a Shinobu.

El pelirrosa no hizo caso a la conversación que se desarrollaba a su alrededor, en cambio analizó con ojos críticos a los reunidos. Un dragón de brillantes cabellos y escamas rojas, uno de un hermoso azul y mirada fría, otro de un blanco idéntico al de Uzui pero lleno de cicatrices, una hermosa dragona rosa de larguísimos cuernos hasta la espalda baja... Todos verdaderas bellezas y lo más preocupante, la mayoría alfa. Akaza contó, tan solo 5 omegas.

-¿Asi que estos son los culpables?- pregunto un joven de cabello negro con puntas azules- ¿Por qué no te has desecho de ellos?

-Son omegas Muchiro- explicó Uzui.

El pelirrosa sentía que empezaba a entender porque su género era tan importante.

-¿Estas proponiendo que nos enlacemos con ellos?- pregunto un joven de ojos completamente blancos.

Uzui encogió los hombros con cara de indiferencia.

-¿Por qué no?- pregunto- yo al menos no elimino la posibilidad, el último celo solo fue demasiado doloroso.

-Yo me apunto- afirmó el rubio de gruesas cejas.

-De todas formas son solo dos- afirmó una alfa de flequillo rubio y cabello oscuro- ¿Cómo lo haríamos?

-Podemos rifarlos- propuso la dragona de pelo rosado- o jugarnoslo con un combate de fuerza.

-O podéis liberarnos- interrumpió Gyutaro- y hacer como si nada de esto hubiera pasado.

-Otra opción es comerte por intentar llevarte a mi cría- contesto Shinobu- ahora mismo es la que más me gusta.

Akaza gimió levemente, maldecía la hora en la que acepto acompañar a Gyutaro, estaba claro que no era una buena idea.

-Realizaremos el combate- habló el que Akaza reconoció por el líder al ver la reacción de los demás a sus palabras.

Shinobu bufó pero no opuso resistencia.

-Perfecto- exclamó Uzui con energía- muchas gracias por apoyarme, Ubuyashiki.

-No puedo negar una buena idea a pesar del crimen cometido- explicó- esto servirá para expiar sus pecados.

-Yo estoy muy contento con mis pecados- volvió a hablar Gyutaro.

-Callate, por favor- suplicó Akaza- solo callate.

El pelirrosa fue trasladado junto a aquel que llamaban Ubuyashiki, a pesar de las feas cicatrices de la parte superior de su cara transmitía tranquilidad y seguridad.

-Lo que habéis hecho ha sido terrible- comenzó a hablar entre susurros, no quería distraer a los competidores que se preparaban- el huevo de Shinobu y Giyu es el único que hemos tenido tras años, es demasiado importante para nosotros, además que no está bien separar a la familia, ¿puedo saber a qué se debía tal hazaña?

-Era un regalo- dijo el de dientes afilados- para mi hermana, de la cual usted me está separando.

-Cierto, cierto- afirmó con fingida pena- puede que mandé al joven Tanjiro por ella, no será difícil reconocerla, tenéis un olor muy particular.

El omega gruñó con irá. Akaza suspiro de nuevo suplicando en su mente que Gyutaro cerrará la boca porque sentía que cada vez que hablaba la cosa empeoraba.

-Como toques a mi hermana te mato-amenazo.

-Buenas suerte intentándolo- afirmó sin ninguna pizca de sarcasmo- oh mirad, tenemos un ganador.

Akaza sollozó, Gyutaro era gafe.

Dragones y Omegas (Kimetsu No Yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora