Una Mentira para salvar a una chica.

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Capítulo 4
Una Mentira para salvar a una chica.

El entorno dentro del castillo se estaba poniendo tenso, después del ataque contra Gyssella, y la huida del perpetrador todos estaban algo nerviosos, camine por un pasillo mientras era acompañado por Frya y su hermana, varios caballeros así como damas de compañía se me quedaban viendo, no quería llamar la atención pero tampoco quiero actuar como ese bastardo de Oswald. Caminamos hasta llegar frente a una chimenea y tome asiento frente a ella.

"Así que, usted eres el hijo de la casa Lenier, ¿o me equivocó?" – se escuchó detrás de mí, era una hermosa señora de cabello castaño ondulado y corto, por su complexión y su rostro diría que aparenta tener una edad entre 40 a 45 años, pero lo que me llamaba más la atención era su vestimenta, parecía portar un uniforme formal de caballeros, supongo que ella es de la orden de caballeros.

"Así es, disculpe, no tengo el gusto... ¿me podría decir su nombre?" – cuestione poniéndome de pie y haciendo una reverencia, lo que hizo que Frya y su hermana hicieran lo mismo.

"Soy la Teniente Nashira De Jaén, escuche que su sirvienta fue en búsqueda del atacante de la señorita Gyssella, ¿es correcto?" – señalo de una manera algo molesta.

"así es, mi sirvienta es mi guardaespaldas personal, y le pedí que buscara al responsable" – respondí seriamente.

"Debo decir que debido a la fama que lo precede se me hace muy sospechoso" – afirmo viéndome fijamente.

"supongo que aunque le jure que no tengo nada que ver con el ataque no me creería. ¿vedad?" – cuestione sonriendo y devolviendo su mirada. Aunque me siento un poco intimidado, no por su investidura, o por ese exuberante y torneado cuerpo que tiene, incluso con ese uniforme militar puede detonar un encanto femenino que llama la atención de todos.

"su fama de niño malcriado y su afán de asemejarse a su Tío es algo que incluso entre los nobles ven como una vergüenza" – señalo ella.

"si... lo entiendo" – dije lo suficientemente alto para que los presentes escucharan, luego baje mi tono de voz y le susurre cerca de ella – "y supongo que el hecho de que aceptaran mi petición de venir es algo que usted pidió para tenerme vigilado ¿Verdad?"

"Tendrás que comportarte niño, de lo contrario no habrá nada que te salven esta vez" – señalo con una mirada furiosa pero con voz baja, no la culpo, aquí soy el "hijo de perra" que intento forzar a Gyssella.

"entonces le pediré una cosa, teniente" – le dije sonriendo.

"¿Qué cosa?"

"estaré contando con que me mantenga vigilado todo momento, ¿cuento con usted?" – le respondí algo feliz.

"¿te estas burlando de mí? Se lo que le hiciste a la joven Gyssella, es un acto imperdonable" – dijo furiosa.

"estoy consciente de eso, y le prometo que pagare por ese pecado... solo permítame ayudar a encontrar al responsable del atentado" – respondí.

"¿Qué pretendes? Es muy tarde para querer ganarte la simpatía de alguien, aun aunque "salvaste" a Gyssella, no cambia el hecho aberrante que cometiste"

"como le dije, solo quiero ayudar a encontrar al responsable, es lo mínimo que puedo hacer para ayudar antes de que me pague por mis pecados" – le respondí serio.

"¡¡¡Te estaré vigilando!!!" – dijo ella para posteriormente girar y seguir caminando.

"¿Esta bien señor?" – cuestiono preocupada Frya a lo que solo le sonreí. Se que se preocupa por lo que pueda pasarme, pero esto es algo normal... Oswald era un maldito bastardo hizo muchas cosas malas, es normal que quieran su cabeza.

Caminamos por todo el pasillo, buscaba alguna clase se señal, Algo fuera de lo común, seguía buscando al atacante, pero no veía nada. además, solo podía ver que todos me veían con desprecio.

Camine hasta que entre a una habitación apartada de los demás, tome asiento mientras que Frya y su hermana iban por unos aperitivos que estaban en recepción. Esto es un poco frustrante, no he encontrado nada, ningún indicio, pista o algo, aunque también no es que fuera un detective, o que tuviera alguna clase de poder especial que me ayudará a buscar alguna pista. De repente la voz de dos personas discutiendo se escuchó levemente, caminé y al ver a la pareja me escondí para que no me vieran.

"Pero Iven, ¿Por qué?" – dijo la chica, no había duda esa era Gyssella.

"escucha Gyssella, esa boda fue algo que planearon nuestros padres... pero yo no lo acepto" – dijo algo molesto el chico, al ver su uniforme me percate que era un caballero con un saco muy elegante color morado con los emblemas de su casa. ¿pelea de amantes?

"pero... ¿por qué lo haces? Mi padre... mi padre confió en ti." – dijo la chica llorando.

"tú sabes perfectamente el motivo, no puedo permitir que mi esposa no sea casta... y tú ya te entregaste a otro... ¿Quién le fue infiel a quién?" – dijo de una manera desinteresada. Que Hijo de perra, en vez de apoyar a su pareja por pasar una situación así, ¿decide dejarla?, aunque técnicamente Oswald solo la beso y la toqueteo; aunque, ahora que me fijo bien ese tipo de ver mucho mayor que ella, por su altura y complexión se ve alrededor de los diecinueve años, y al parecer esta chica tiene la misma edad que la princesa, unos escasos doce.

"¿Qué esta pasa...?" – decía la teniente agachándose para cuestionarme, lo que aproveche el momento y poner mi dedo en mi boca para señalarle que bajara la voz. Gire a ver a la pareja y por fortuna no la escucharon.

"pero el me ataco... yo jamás te seria infiel" - dijo ella llorando mientras caía de rodillas.

"eso no importa... la casa Lexurius no puede tener de familiar a una mujer que se entregó a otro hombre, además, yo amo a alguien más."

"pero..."

"escucha... ya estoy hablando con el padre de mi futura prometida, la hija de Duque Ortlinde es alguien que me flecho en el momento que la conocí, puede que sea pequeña pero me enamoro desde el momento que la vi... por lo que da por terminado nuestro compromiso" – dijo de una manera despectiva.

"¿Cómo se atreve a...?" – decía molesta la Teniente mientras trataba de ir a ayudar a Gyssella pero la detuve.

"Teniente, la hija del Duque es la segunda en la fila de sucesión el trono ¿verdad?" – dije algo pensativo.

"sí, pero eso no tiene..."

"¿no le parece sospechoso? Según supe, Iven Von Lexurius era un fuerte candidato para desposar a la princesa, pero fue rechazado por la princesa al usar sus ojos místicos" – dije.

"¿Qué estas tratando de decir? ¿Qué quiere comprometerse con la hija del Duque para asegurarse una posición política?" – cuestiono ella.

"quédese aquí, creo que este noble es igual de retorcido que mi familia" – le respondí mientras salía para hablar, lo que hizo que la teniente se sorprendiera a mi afirmación.

"¿qué quieres decir?" – cuestiono confusa y molesta.

"Que puede que el responsable del atentado a Gyssella este frente a nosotros" – le respondí serio mientras caminaba hacia ellos.

"¡¡¡Vaya, debo admitir que no pensé en eso!!!" – dije con una voz fuerte para llamar la atención de ambos – "la hija del duque Ortlinde, buena jugada"

"¡¡¡Tú... esto es tu culpa!!!" – dijo Gyssella molesta cubierta de lágrimas.

"ya veo, así que eres tú el que mancillo a Gyssella" - dijo serio Iven.

"supongo que puedo decir que tuve ese placer" – dije riendo. Cielos, cuando acabe esto tendré mucho por el cual disculparme. – "aun así... podría decir que quieres asegurar un título de noble para tener tu vida garantizada, ¿verdad?"

"lo que yo sienta o no, no es de tu incumbencia, y no deberías meterte en la conversación de los demás... ¡¡¡niño mimado!!!" – respondió Iven acercándose a mi para tratar de intimidarme a la par que Gyssella se ponía de pie.

"Perdona, pero tenía que intervenir, después de todo, escuche algo interesante" – respondí luego invoque la magia Shadow Link, lo que hizo sorprender un poco a Iven.

"¿Qué hiciste?" – cuestiono molesto.

"use la magia "Shadow Link", esta magia permite una conexión entre las personas que este enlazadas por medio de esta sombra, ahora nadie puede escuchar lo que tú o yo digamos... una especie de magia para silenciar nuestra voz." – le respondí señalando en el suelo la sombras que estaban conectadas, por su puesto ese efecto era una mentira, pero esta es una magia que la mayoría de las personas piensa que es inútil, prácticamente la ven como un desperdicio, por lo que pocos saben de su existencia. – "ahora nadie puede escuchar nuestra conversación"

"¿y qué?, No veo el motivo, no tengo nada de qué hablar contigo" – respondió girando y dándome la espalda. Fue cuando aproveche y me acerque con Gyssella, le giñe el ojo para que me siguiera el juego.

"Vaya, y yo que quería tener una relación de amistad con el próximo Rey de Belfast... bueno, supongo que tendré que esperar cuando te deshagas de la princesa Yumina y su prima sea la siguiente en heredar el trono" – respondí, a lo que el giro para verme.

"¿Qué...? ¿Qué has dicho? ¿Qué es lo que sabes?" – cuestiono algo nervioso Iven, cielos, esa reacción de sorpresa es una señal que mis sospechas eran ciertas.

"No podrías ser más obvió, eres el segundo hijo de la casa Lexurius, no podrías heredar el título de tu padre, por lo que tendrías que convertirte en caballero... a menos que te cases con la hija de alguna casa noble que no tenga herederos masculinos. Incluso apuntaste a lo grande y quisiste comprometerte con la princesa Yumina para tener en tus manos el trono, pero el plan son salió como esperabas por que Yumina uso sus ojos místicos y vio que tipo de personas eras... ¿o me equivoco?" – señale, lo que hizo que se asustara un poco.

"No... eso no es..." – respondió tartamudeando.

"y ahora quieres apuntar a la hija del Duque, a pesar de ser una niña es la segunda en la línea al trono ya que la princesa es hija única, supongo que tu plan es desaparecer a la princesa o hacer que muriera en un atentado para tener el camio libre al trono"

"¡Ja! no digas tonterías, yo nunca haría algo así, ¿Cómo podría hacer algo tan despreciable?" – señalo algo nervioso. Gire a ver a Gyssella la cual se veía todavía consternada, Mi verdadera madre siempre decía "una mentira no duele, lo que duele es de quien venga la mentira" supongo que eso aplica aquí, Gyssella al parecer está completamente enamorada de este idiota, desconozco el motivo por el cual lo este, pero ahora su mundo se está desmoronando. Por lo que lo primero que tengo que hacer es desenmascarar a este Hijo de Perra.

"no te importo el atentado de tu prometida... lo que es más, se te ocurrió cancelar su compromiso justamente después de ese incidente, lo que nos hace pensar algo... fuiste tu o tus hombres... tú mandaste a atacar a Gyssella, sabias de antemano que ella no aceptaría la cancelación del compromiso, por lo que tu mejor opción era acecinarla para así tener camino libre a buscar a la hija del Duque" – le dijo lo que hizo que Gyssella se asustara.

"¿de qué hablas? Yo jamás..." – respondió Iven pero seguí hablando.

"no cualquiera puede entrar a palacio, por lo que un atentado dentro de palacio seria algo extremadamente raro, por lo que levanto las sospechas de todos los caballeros y nobles que asistieron al ensayo, por lo que la única opción es que alguien de los invitados fuera el que atento contra su vida" – explicaba.

"no tienes evidencia de tus afirmaciones, incluso puede que fuera tu idea, quedar como el salvador de la chica que ultrajaste solo para quedar bien parado en palacio" – señalo su punto.

"¡ja! Lo siento, ese no es el estilo mi familia, yo no le vería valor en matar a una hija de un noble... para tu información yo estoy apuntando a algo más discreto" – señale viendo a Gyssella.

"¿discreto? ¿Qué quieres decir?" – señalo.

"la casa Revange, es la casa de nobles que a estado junto a la Familia Real desde la fundación de la nación, por lo que esa la coloca como la tercer familia más poderosa en este país... ahora que su línea de sucesión está pendiendo de un hilo es mi oportunidad para aumentar la influencia de mi familia en la nación, pero si me permites decir algo... puede que yo pueda ayudarte en algo" – señale a lo que Iven mostro una cara de duda, puede que dijera algo que llamo su atención – "después de todo, si llegas a estar en el poder seria la obligación apoyar a próximo soberano de Belfast.

"¿en que me podría ayudar un niñito como tú? – señalo algo dudoso.

"originalmente mi familia tenía pensado lo mismo que tú intentaste, querían que me comprometiera con la princesa Yumina para poder ostentar el trono, pero debido a sus habilidades místicas era imposible, por lo que los planes de desecharon, aun así, tenemos contactos con los mercenarios de Yulong que podrían ayudarnos, después de todo... ellos ya están más que acostumbrados a atacar a las monarquías de otras naciones" – señale con una sonrisa.

"¿Qué? ¿mercenarios de Yulong? ¿Cómo es que...?" – cuestiono asombrado.

"Son contactos que mi familia a tenido por años, y son más eficientes que los mercenarios que ofrecen sus servicios en la sombra del gremio, ya han demostrado su eficacia, pues hace pocos años acecinaron a la hija de un noble de Regulus que intento desposar a al príncipe heredero de su nación, lo hicieron parecer como un ataque de bandidos" – señale diciendo algo tentador para avivar su interés.

"¿y qué ganarías tú en todo caso?" – respondio algo interesado.

"¿Qué gano?... solo quiero su apoyo para ciertas propuestas cuando llegue al poder... después de todo, la nación no puede depender de una niñita caprichosa ¿no?" – señale

"¡¡¡jajaja!!! No podría haberlo dicho mejor, pero ¿Qué haremos con Gyssella? No creo que ella acceda a esto" – señalo viendo a Gyssella.

"descuida... como te dije, mi plan era acercarme a Gyssella" – dije mientras usaba magia oscura para envolverla en una nube negra, lo que hizo que ella se espantara. Recordé la maldición de Veltrar, por lo que podría usar esa explicación – "usare una maldición para que haga lo que yo quiera, ella se doblegara a mi voluntad"

"¿una maldición? Estas lleno de sorpresas para ser un niño" – afirmo con un tono de burla.

"Entonces... ¿tenemos un trato?" – cuestione.

"la confianza es algo que se gana, no se regala... ayúdame a eliminar a la princesa Yumina y te ganaras mi confianza" – dijo dándome la mano. A lo que le sonreí y le respondí. - "es un trato"

Después de eso el salió caminando hacia la salida donde estaba oculta la Teniente – "termina esa maldición y silencia a Gyssella, nos veremos más tarde en mi mansión para hablar de lo detalles"

Disipe la magia que tenía frente a Gyssella y luego le hable a Iven – "por cierto... tengo que decirte algo más"

"¿Qué cosa?" – cuestiono girando a verme.

"era mentira que nadie podía escucharnos" – le respondí sonriendo mientras la Teniente y tres caballeros más salían de su escondite.

De Carnicero a Noble en un mundo diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora