35.

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Transcurrió una semana y Jisung me contó que Minho seguía haciéndose el enojado. ¿Me sentí mal? Un poco, pero no porque seguía creyendo que era mi culpa, pues después de analizar la situación y las palabras de Felix mis sospechas sobre las intenciones de Minho aumentaron y dejé de sentirme culpable. Me sentí mal porque Jisung estaba notablemente decaído, después de todo, es su mejor amigo de quien estamos hablando.

Como de costumbre, me lo encontré fuera del trabajo y me recibió en sus brazos con una amplia sonrisa.

—Hola, hermosa. ¿Qué tal tu día?

—Ajetreado, pero muy bien.

—¿Quieres ir a comer algo?

—Me encantaría, pero le prometí a Seungmin que iría con él a buscar un regalo para su mamá.

Era cierto. Recibí su llamada por la tarde y por supuesto que accedí a ayudarle.

—¿Ah, sí? —metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón y me recorrió entera con la mirada— ¿Y quién es tu novio? ¿Seungmin o yo?

—Mhm... —entoné pensativa.

—¿Cómo que "mhm"? —se exaltó en indignación y me tomó de los hombros para sacudirme. Solté una sonora carcajada y él tampoco pudo contener la suya por más tiempo.

—Me da mucha risa cuando te pones así.

—Por eso lo hago, porque sé que te causa gracia —revolvió mi pelo con cariño—. Ve con Seungmin pero no dudes en llamarme si algo pasa o si necesitas que te recoja.

—Entendido —miré a mi alrededor para cerciorarme de que nadie nos veía, entonces di un corto beso en sus labios—. Nos vemos luego.

—Así no se vale —hizo un puchero y tomó mi mano impidiendo que me moviera—. Si me besas así no querré dejarte ir.

—¿Quieres venir con nosotros entonces?

—Lo haría, pero también le prometí a Changbin que lo acompañaría a hacer un mandado. Lo que sí puedo hacer es dejarte en donde sea que Seungmin esté.

—Nos encontraremos en la siguiente calle y creo que él ya está ahí.

—Bien, entonces vamos.

Entrelacé mi brazo al suyo y caminamos entre una pequeña charla sobre nuestro día. Al llegar a la calle contigua, Seungmin estaba puntual en el sitio de encuentro.

—¡Seungmin, hola! —exclamé derrochando alegría.

Me acostumbré a verlo a diario y me atrevo a decir que lo eché de menos.

—¡Hey! Días sin vernos —agitó su mano mientras modelaba esa tierna sonrisa tan característica de él, luego miró al chico a mi lado—. Jisung.

—Seungmin.

—¿Irás con nosotros?

—No, tengo cosas que hacer —Jisung se le acercó aún sin soltar mi mano y con una mueca estricta le advirtió—: Más vale que la cuides y me la regreses sana y salva.

—¿Ahora eres papá? —replicó burlón, mas a Jisung no le hizo ninguna gracia—. Ya, ya, ya entendí, señor Han. Vámonos o se hará más tarde.

—Te veo luego, Hannie.

—Cuídate mucho.

A lo mejor esperaba un beso o algo así porque se quedó inmóvil, pero sólo me limité a menear mi mano en señal de despedida antes de alejarme con Seungmin.

Nuestra primera parada, y la única, fue la joyería. Seungmin buscaba algo que se acomodara al gusto de su mamá y por eso fue que acudió a mí. Vi muchos accesorios que podrían gustarle a Jisung y la idea de comprarle algo en una futura ocasión aterrizó en mi cabeza. Sería un excelente regalo para él.

just another day ; Han JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora