el principio de todo.

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           El principio de todo/TanZen
                          Capítulo 1.




— ¿Qué?, No entiendo lo que dices. —
Zenitsu, con la mano extendida cerca de su pecho; miraba fastidiado a su gorrión. que en apenas y podía saber su nombre, cuyo nombre se nombraba "chuntaro".

Intentaba con cada mínima cosa entenderlo y poder parar de pensar mucho, las dinámicas que hacía de moverse de un lado para otro (su gorrión), lo confundían más.

— ¡Chu, Chu, Chu! —
Hablando y unos cuantos picoteos dirigidos para el de cabellos dorados, intentado decirle que tenían una misión, pero está vez serían acompañados. Así que debían de alistarse de una vez por todas.
¿En verdad era muy difícil entenderlo?

¿O simplemente era que zenitsu no podía tomarlo en serio? También pueda ser que no sea muy bueno concentrándose. Sí, tal vez eso.
Pero...
Sí se mira que se esfuerza un poco.

— ¡Auch, auch, auch! —
Se quejo. El gorrión enojado por tratar de decirle lo que debió de haberle dicho hace unos 17 minutos se había enfadado. Así, pegándole en la cabeza.
(¡Ojalá me hubiera tocado un cuervo!) Se quejo internamente zenitsu.

Pero se escuchaban pasos suaves cerca de la habitación cuál se encontraban. ¿Quién será? Ninguno de los dos pudieron percatarse en el momento. Un joven de cabellos rojos como un tinte perfecto de una sandía o manzana roja, se asomo suavemente a ver la "pelea" que tenían zenitsu y chuntaro.
Rió enternecido, entrando en la habitación.

— buenos días zenitsu, buenos días chuntaro. —
Estiró la mano hacia el gorrión que sin pensarlo dos veces se escalo hacía un dedo de tanjirō.
Mientras que el contrario respiró aliviado, ¡mirando con miedo al feroz chuntaro!
— ¿Estás listo, zenitsu? —
Pregunto el de ojos risueños, este, nombrado, no sabía a qué se refería.

— ¿Eh? ¿Qué me preguntas? No entiendo. —
Y vaya que era cierto, con su ceño fruncido, le dirigió la mirada a ahora a el, bajando sus manos lentamente ya que anteriormente las tenía arriba en su cabeza para detener a chuntaro, claramente no sirvió. Ya que sus manos fueron picoteadas.
— no los entiendo. — miro a ambos por unos segundos.

Tanjirō dió un leve suspiro, mirándolo con sus cejas inclinadas hacía abajo y una sonrisa sincera.
Ya entendía lo que pasaba aquí.

— irás a una misió-- —

— ¡No, yo aún me siento mal! —
Reclamó el de cabellos dorados.

— ¿Qué? ¡Pero zenitsu, no puedes estar todo el tiempo aquí! Debes ir a una misión que te fue otorgada con-- —

— ¡No, no, no! Esa "araña" casi me deja sin pelo ¡Sin pelo! Y si te lo olvidaste, ¡también me dejo mis brazos muy chiquitos! —

— ¡Lo sé zenitsu!...pero, tranquilo...—
Tanjirō dejo el gorrión sobre la mesita de noche que estaba por ahí, dejándolo con delicadeza y paciencia. tanjirō también acomodó su katana ya que le incomodaba un poco. Para sentarse en la cama cuál estaba cómodo zenitsu. Mirándolo con sus cejas inclinadas y sus labios mordiendolos un poco.
¿Cómo podría quitarle el miedo?
Si el igual sintió miedo en el momento.

Pero, sabe que zenitsu es fuerte y...blando, una combinación...¿Rara? Le encantaba.
Tomó de la mano a zenitsu, viéndolo a los ojos.

— sé que la anterior misión te asusto. Yo también estuve así. —
Le acarició los dedos, suavemente y flotandolos junto a los suyos, intentando cambiar el sentimiento de miedo y nervios del contrario.
— pero no estuviste solo, y yo no me sentí así. Porque estuviste conmigo, y, está misión a la cuál vas a ir, será conmigo. —
Quería besar los suaves y finos dedos de porcelana de su querido amado, pero...¿Qué más que esto no era obvio? Sus acciones decían mucho. Adoraba y amaba a zenitsu. ¡Pero no era el momento para una declaración de amor!

— tanjirō... —

Levanto la mirada el nombrado, contento.
— ¿¡Sí, zenitsu!? —

— mi mano está sudando. —

Su sonrisa desvaneció un poco, más que nada agotado.
— ay. —
Comentó avergonzado, dejando de lado el agarre que tenían, una cosa que los juntaba un poco más...

— no sé cómo puedes sentirte así. —
Tanjirō lo miro, confundido y con una mirada de reclamar también no faltaba de más.
— no sé cómo puedes sentirte protegido por mí. Sólo sé llorar. Llorar y nada más. —

Va de nuevo...
Ese sonido...
Proviene del corazón de tanjirō.
Esos sonidos del corazón, lo había escuchado antes. ¿Pero dónde? ¿Por qué no es capaz de decifrar porque ese sonido se le hace tan familiar y agridulce?

Siempre que lo escucha siente melancolía.
Es como sí, algo de el estuviera rechazando eso. ¿Pero por qué?
No lo sabe, pero, cada vez que lo escucha...

Siente que no es dedicado para el...

Cuando...

— ¡Zenitsu!, ¡Zenitsu! —
Si mirada se volvió enfurecida y entristecida, agarrando de los hombros suavemente al de cabellos dorados, este, le miro con los ojos decaídos.
— ¡Eres de confianza, eres fuerte! Y no sólo lo digo para animarte, sino, porque me lo demostraste. —
Tomó pausa, inflando sus cachetes. Los ojos miel lo miro confundido, haciendo una cara de asquito.
.
.
— ¡No me mires así, zenitsu! Te digo que es verdad...protegiste a nezuko incluso cuando sabías que era un demonio. Cuando...pudiste haberla matado. —
Dejo el agarre, bajando lentamente sobre las mangas de la ropa que utilizaba el ojimiel.
— ganaste mi confianza y...mi amistad sincera, gracias, zenitsu. —

— no hay de qué agradecer. —
En un momento desprevenido para el pelirrojo, le tomo las manos y le sonrió sincero el ojimiel.

— después de todo~ iré con nezuko, nezuko-chan~ —
La caja de tanjirō de escuchó como alguien pataleo...

¿Era de emoción o de miedo...?

.
.
.
.

En el camino, se miraban las nubes de invierno, está vez sería otro año más para tanjirō en no convivir una época tan...contenta cómo está con su familia.
¡Pero no le entristecía! Tenía a nezuko, su única meta y luz en está vida. (Claro, sin olvidar a sus amigos.) Y cómo olvidar a su querido amado.
Que eso sí, desde el camino había comenzado a quejarse...

— ¡Aaaah! ¡Hace mucho frío, tanjirō! —
Empezó a caminar un poco más flojo, mirando con los ojos llorosos a tanjirō, quien sólo río.

— espera un poco más, ya casi llegamos al pueblo... También, no falta mucho para que se haga completamente de noche...—
Intento relajarlo con lo primero, ya faltaba menos... suspirando aún manteniendo su sonrisa mientras miraba al frente.
Había empezado a nevar, y no negaba que sí hacía un poco de frío...

Así que esperaba llegar rápidamente hacia el pueblo, llegar a un lugar seguro para descansar unos cuantos segundos y, con este frío...tal vez dejar a su hermanita en un lugar seguro y caliente...no le agradaba demasiado la idea, eso lo tiene bien claro. pero, no quería que su hermanita sufriera de frío.
También cómo quería que zenitsu también descansará un poco más. Aún que eso no lo podía hacer, era unos cazadores de demonios, tenían que esforzarse al máximo.

Y...matar a los demonios.

— tanjirō. —

— dime, zenitsu. ¿Qué ocurre? —

— tu mano... está muy caliente...—
Tanjirō miro sus manos, no había notado lo cerca que estaban, o mejor dicho, lo cerca que estaban chocando.

— ¿Te incomode? Lo siento... —
Al hacerce un poco más a la derecha, el ojimiel negó con la cabeza, y tomó su mano.

— realmente quería decirte que...—


"Quería ir de la mano contigo".

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⏰ Última actualización: May 03, 2022 ⏰

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