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Sus manos tiemblan por pensar en lo que puede pasarle tras el llamado de atención hecho por la directora, no tiene escapatoria ni es probable que pague por los errores que cometió en cada examen. No la mira a los ojos, también está enojado con ella por no hacerle caso; le pidió suplicante que no llamara a sus padres, para evitar un regaño monumental. La señora no le hizo caso y los llamó, su trabajo es avisar sobre las notas de los estudiantes cuando tienen alguna irregularidad. El jovencito es consciente de eso, pero se esforzó mucho para intentar salir bien en algún examen, ese esfuerzo parece no tener frutos al final de todo lo cual es bastante lamentable, nadie le cree realmente.