Quiero que al agarrar un reloj y girar sus manillas el tiempo lo haga con ellas.
Porque sí.
Aunque este prohibido quiero volver a contar tus lunares del cuello acostada en tu pecho.
O cuando te desvelavas por tu insomnio y yo me aguantaba el sueño para que no te quedes sola.
Los ojos me ardían al día siguiente pero valía la pena si tu mente no ganaba la discusión.Extraño verte.
Sentirte.
Extraño el sentimiento que tenía cuando estaba con vos.
Un sentimiento que, por mucho que busqué, no encontré con nadie más.
Te extraño a vos.
Lo que teníamos.
Eramos nosotras sin importar lo que eran los demás.Estaban en nuestra contra.
Tu familia y la mía armaron un complot.
Vos y yo teníamos el nuestro.
No nos importo y lo hicimos igual.
Nos amamos igual.Extraño escaparnos juntas a la noche para contar estrellas.
Ir después del colegio a tomar mate.
Sentarnos en un banco y burlarnos de los demás por ser iguales.
Porque, aunque suene raro, ''normal" era el mayor insulto para nosotras.
Y es uno que nunca nos dijeron.Cuando sentí tu alma desencadenarse de esta vida para encadenarse a otra lloré.
Lloré hasta secarme y volver a llenarme.
Para luego desbordarme otra vez.Fui a tu funeral un día después.
De colores, como pediste.
Te fuiste y te olvidaste de llevarme.Esa noche conté las estrellas por ambas.
Me desvele por ambas.
Y me dormí al lado de tu pilar imaginando que yo contaba tus lunares y vos mis pecas.Sigo sentándome en el banco.
Mirando el atardecer violeta y naranja.
Ese en el que siempre dijiste que volverías.
Que me mirarias desde arriba,
a través de esos colores tan transparentes a tu vista,
pero no a la mía.
Y como Shakespeare le dijo a su amada, yo te digo a vos:—La vida es muy corta para amarte en una, prometo buscarte en la otra.