Aterrado (Terminada)

Capítulo Uno

Cuando rento ese departamento no sabía que las cosas se tornarian de ese modo.

Todo comenzó con un departamento muy barato en alquiler y muy cómodo para vivir, el precio parecía una broma por la ubicación, y el espacio, sin pensarlo firmo el contrato de 6 meses.

Takemichi el primer día no persibio nada extraño, solo que en ocasiones el frío era demaciado, pero nada que con un par de cobijas no se arreglará.

La primera vez que sintió la incomodidad y el miedo, fue durante la madrugada, se levantó a tomar agua, todo el lugar estaba oscuro pero en la sala había una silueta sentada, se paralizó prendió el foco y solo había montones de ropa para doblar, se río

—¿Como si los fantasmas existieran? — se burló, camino unos pasos y como respuesta la luz se apagó, un escalofrío recorrió su espalda, el sudor frío baño su frente, sentía que alguien lo miraba desde la parte de atrás, tragó saliva, dió dos pasos hacia la cocina en su cabeza como un mantra estaba la frase "No voltees, no voltees" 

Camino a oscuras hasta la cocina tomo el vaso con agua, bebió lento mirando la pared de frente, no quería ver la sala porque algo dentro de el le decía que ahí estaba esa cosa.

Aparentando no tener miedo, camino de nuevo a su habitación, rehuyendo la vista de la sala, temblaba de miedo, pero no corrió, como si esa cosa lo siguiera si lo hacía decidió ignorarlo.

Entro al cuarto cerrando la puerta sin mirar atras, pero en el camino de regreso de reojo, esa vista periferica lo hizo verlo, ver la sombra de pie en la sala, con unos ojos tan oscuros que no se apartaron de su cuerpo.

El escalofrío llegó a su piel, la cobija cubrió su cabeza como si eso fuera a protegerlo, en su mente rezo un padre nuestro hasta que cayó rendido, pensando que esa sería la última vez, pero que equivocado estaba.

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La segunda vez que sucedió fue en su cuarto, el frío le calo en los hueso, pero no fue eso lo que lo despertó, al abrir los ojos en la esquina del cuarto detecto esos ojos negros, el miedo lo paralizó, la silueta se movió haciéndolo temblar, tragó saliva cerrando los ojos pero la sobra estaba cada vez más cerca.

Estiró su mano encendiendo la luz, para ver su habitación sola, no había nada ahí, tallo sus ojos, pero la luz se quedó en encendida por el resto de la noche.

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—Te lo dijo Chifuyu, hay un fantasma en mi casa— aseguro el ojiazul

—Es por qué el espacio es nuevo — restó importancia el Matsamuno —Tienes esa sensación porque no estás familiarizado con el lugar — afirmó

Takemichi lo miro no muy seguro, pero acepto las palabras de su amigo, quería creerlas porque tenía que entrar ahí, que vivir ahí por unos meses más.

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Al abrir la puerta la oscuridad lo recibió, pensando en las palabras de Chifuyu rio y de forma sarcástica dijo —Estoy en casa.

El cuero cabelludo se le en chino cuando en susurró alguien respondió ~Bienvenido~ la piel se puso pálida se congelo en la entrada sus manos temblaron, no entro "Alguien está adentro"

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Espero durante una hora hasta que el rubio llegará —¿Que pasa?— pregunto preocupado —Te escuchabas muy alterado por teléfono

Takemichi seguía temblando —Casa, alguien— apenas pudo hablar

Chifuyu pensando que era un ladrón entro, con cautela con Takemichi detrás de el, tomo uno de los paraguas de la entrada, prendiendo los focos en el camino, pero el lugar estaba vacío

—No hay nadie— dijo más calmado el Matsamuno

—Te juro que alguien me habló cuando entre— Takemichi seguía asustado

Chifuyu entrecerró los ojos—Me trajiste porque creíste escuchar algo— acuso —No crees que fue tu imaginación, después de hablar sobre fantasmas en la mañana — se quejo Chifuyu con molestia

—Yo bueno— ahora que Chifuyu lo decía era una posibilidad que descarto esa noche.

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Sus ojos se abrieron durante la noche, sus ojos se encontraron con los oscuros ojos del fantasma que lo acechaba.

—No debiste traerlo, Takemitchy — susurró esa voz

El miedo subió por su garganta quería gritar pero no podía, su cuerpo estaba paralizado, su garganta no producía sonidos, apenas y balbuceaba, pero estaba solo.

El hombre frente a el apretó sus hombros en la cama, antes de que sus manos apretaran su cuello —No debes traer a nadie Takemitchy— susurró el fantasma —Oh me enojarse mucho

Sintió una lengua húmeda en sus mejillas a la par que el aire se iba de sus pulmones, sus ojos mostraban el pánico que sentía las ganas de gritas y correr, pero no podía y eso lo hacía entrar en pánico, no supo cuando se quedó de nuevo dormido.

Al día siguiente pensó que había Sido un sueño, pero al mirar las marcas de dedos en su cuello se dió cuenta que no lo fue.

En el espejo una frase "Eres mío"

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—Dejame quedarme en tu casa por hoy— rogó Takemichi

Chifuyu lo pensó —Lo siento hoy vienen Kazutora y Baji, no tengo suficiente espacio — se lamento el rubio

El terror estaba en Takemichi, miro a su alrededor encontrando a su castaña amiga —Hinata, déjame quedarme en tu casa.

La chica se sonrojo pero acepto.

La casa de Hinata era bonita, comieron y bebieron algunas copas, en su estado de ebriedad Takemichi termino contándole de la presencia que habitaba su casa.

—Takemichi tiene un fantasma — se burló, pensó por un momento y con una sonrisa dijo —Quiero verlo

—Moo Hina chan, es aterrador.

La chica se acercó hasta el —Por favor, nunca he visto un fantasma — rogó

Takemichi lo pensó, quisas fue el alcohol lo que le dió el coraje de aceptar, si hubiera sabido cómo iba a terminar todo jamás la hubiera llevado.

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La cabeza le daba vueltas, se levantó tambaleándose hasta el baño, rasco su vientre, bostezando en el proceso, sus ojos se abrieron ante la sorpresa ahogó un grito

En el baño estába el siguiente mensaje.

~No te dije que no trajeras a nadie~

—¿Takemichi que pasa?— pregunto Hinata detrás de el, las palabras en el espejo comenzaron a desvanecerse

El grifo del agua fue cerrado por la Tachibana quien no miro nada raro, mientras el de cabellos negros estaba temblando como una hoja.

Lo dejo hasta aquí porque soy muy miedosa y ya me dió miedo seguir escribiendo en la mañana paso la siguiente parte.