Capítulo 3

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Capítulo 3:

Para cuando Lumine y Paimon llegaron a la posada ya se había cernido la noche sobre ellas. No se habían dado cuenta de lo lejos que estaban de Liyue hasta que emprendieron el camino de regreso. Al llegar Lumine hizo algo rápido de cenar sobre todo para la pequeña Paimon que ya estaba lo suficientemente cansada. Se lo dejó en la mesa y la pequeña se acercó a comerlo todo, en segundos ya había terminado.

-Puedes ir a dormir, iré a lavar mi ropa y luego vendré yo también- Paimon asintió y sin pensárselo dos veces se posó en la cama y se dejó acariciar por las suaves sábanas, al cabo de unos pocos minutos ya estaba completamente dormida.

Lumine salió de la habitación, se había cambiado y una vez más reutilizó la ropa de la noche anterior. Fue hacia el cubo donde tenía agua que había rellenado con anterioridad y se dispuso a lavar su vestido. Una vez que terminó lo tendió sobre una cuerda. Cogió la chaqueta de Tartaglia, antes de sumergirla en el agua la acercó a su nariz, le daba curiosidad saber a qué olía el Fatui.

Era un olor fresco, casi veraniego, cítrico, olía a limón, pero tenía un toque dulzón que le agradaba demasiado.

-Así que hueles a verano- Lumine se encontró sonriendo antes de sumergir la prenda en el agua.

Mientras lavaba la chaqueta se acordó de como salto y la protegió y como todo un caballero la tapó con su chaqueta. Curvó su sonrisa un poco hacia un lado.

Sabía perfectamente que la había espiado y que no solo estaba de paso, lo había visto a través de las rocas como la buscaba con la mirada y como sonrió al verla medio desnuda.

Una vez terminó con la chaqueta la dejó tendida junto a su vestido y se dispuso a dar una vuelta por los alrededores.

Solo se escuchaba el ruido de la noche, el oleaje a lo lejos, la suave brisa de la noche y los pasos de Lumine. A diferencia de la noche anterior hoy se sentía de mejor humor, incluso si su día no había sido el mejor. Fue al puerto, le parecía un lugar bastante agradable por la noche. No estaba concurrido y podía ver y apreciar mejor el mar que se extendía ante ella.

Esta noche no la acompañaba nadie, solo ella y sus pensamientos. Se quedó un rato más viendo las olas del mar bailar al compás del viento.

Mientras tanto del otro lado de la ciudad Childe estaba con Zhongli, este último estaba tomando una taza de té verde. Childe un poco más nervioso de lo habitual caminaba de un lado a otro de la habitación. El más mayor solo se limitaba a verlo y de vez en cuando asentir ante lo que el menor decía.

-Vas a solo asentir o me vas a dar algún consejo, hoy no ha sido el mejor día de mi vida, la verdad- Childe por fin se sentó. Zhongli que hasta ahora no había hecho más que responder con monosílabos se le quedó mirando un rato, no llevaba su chaqueta, sino su camisa color vino.

-¿Y tú chaqueta?- Childe se giró abruptamente y le miró de arriba abajo sin si quiera poder creérselo. -¿Es lo único que te sale por esa boca? ¿En serio? La tiene Lumine- Zhongli sonrió y Childe apartó su mirada. -Es un caso perdido hablar contigo, mejor me voy- Childe se levantó de la silla y se dirigió hacia la salida.

-Si te gusta Lumine, creo que lo más apropiado es que se lo digas.

No le respondió, no tenía ningún caso responderle a algo como eso. Bajó las escaleras corriendo y sin mirar más que a sus propios zapatos fue directo hacia su habitación. No podía con el cansancio que llevaba encima.

Una vez entró en la habitación se dirigió rápidamente hacia la cama y se tumbó encima de ella. Miró el techo y luego cerró sus ojos, pero lo único que veía una y otra vez era la esbelta figura de Lumine entrando en el agua y jugueteando en ella. Había sido una escena muy infantil, pero a él lo único que le provocaba era deseo, deseo por estar con la viajera y por poder hacerla suya.

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⏰ Última actualización: May 03, 2022 ⏰

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