Eres solo...
16:34 pm
Alguna vez has llegado a pensar que no eres como los demás, que no logras encajar en un mundo donde no puedes ser tú mismo, donde aplauden la "normalidad" y matan a todo aquel que quiera decir la verdad, su verdad, su realidad. El mundo está podrido, siempre lo ha estado, pero parece que no estábamos conscientes de ello, aún no lo estamos. No estás solo, nunca lo estás, no te tienes a ti mismo, él te tiene a ti, no puedes escapar de él, ya que él, vive en ti.
La espina se pinta de rojo, la herida sana, los recuerdos se borran, pero el dolor está más vivo que nunca.
Eres mi capricho, mi necesidad, te tendré a como de lugar, llámame egoísta, lo soy, pero jamás cobarde. No eres tú, no puedes ser, pero no importa
Mi vida se resume a un desgastado papel, en el cual no puedo escribir, en el cual no existe tiempo ni lugar, solo dolor, el peor dolor que alguna vez puedes llegar a sentir. Estar vivo, pero muerto por dentro. Creo que lo llaman depresión, aunque prefiero llamarlo, cinco segundos en el infierno.
Oscura neblina llena mi caja de esperanza, como...
Muerdo inconscientemente la cara interna de mi mejilla al no encontrar las palabras correctas para volver a escribir ese sentimiento. Ya no lo siento.
Las puertas del tribunal se abren violentamente para dejar a su paso a cientos de reporteros, siguiéndole el paso a su nueva víctima.
—Señor Matthew, ¿Algún comentario tras las nuevas evidencias que el abogado ha presentado?
Lucha por mantenerle el paso, no le interesa, pero debe parecer que sí.
—¿Cree que pueda perder el camino ya ganado con el testimonio de la señorita Monroy?
¿Acaso te importa que un inocente vaya a la cárcel?
—El señor Matthew no contestará ninguna de sus preguntas en este momento. —Habla el oficial a cargo, en vez del señor Matthew, ya que él no puede.
Me levanto de mi asiento, sujetando mi libreta, observo de reojo cómo desaparece por el lumbral de aquella imponente puerta, aparece como un destello de magia, o ¿Salvación? Seguido de sufrimiento, pero no proviene de él. Me guio con calma hacia la salida al lado contrario.
Sostengo mi mirada fija hacia adelante, con mi mano derecha desabrocho la corbata de mi cuello, para luego colocarla descuidadamente sobre mi hombro, con la misma mano desabrocho tres botones de mi camisa blanca. Siento que me está asfixiando, me quiere hacer pagar.
Una suave brisa y un cielo nublado me recibe una vez estoy fuera, sigo mi recorrido hasta el taxi más cercano, sin pronunciar alguna palabra, subo vehículo, me cuesta cada vez más respirar, esto me está volviendo loco. Tomo el pequeño frasco rojo de mi bolsillo, no, no hoy.
— A whisperlow.
16:55 pm
—Joven, ya llegamos. —Avisa el conductor frenando el auto de forma brusca. —
No es sorpresa que a nadie le gusta estar aquí, lo que trasmite este bosque no es bueno, ni quien lo habita.
El espeso bosque me recibe con una fría brisa del norte, un olor a roble y pino inunda mi nariz. Tomo el valor para volver a adentrarme en las profundidades de aquel bosque que más de una vez fue mi única salvación.
Es como entrar a un mundo paralelo, donde siempre es de noche, donde es fácil perderse por días entre sus enormes árboles y espesas ramas, no importa cuanto grites, cuanto supliques, nadie te escuchara, ya que una vez que entras no puedes salir. Mi lugar favorito siempre va a hacer aquel acantilado que a sus pies reposan enormes rocas bañadas en sangre, que anhelan repetir la historia, a la izquierda, un antiguo faro de luz; que tiene décadas guiando a los barcos a su muerte.
Este bosque alberga un sin fin de secretos, tragedias, amores, los cuales reposan hace siglos entre sus paredes, los árboles susurran dichas historias, si estás atento tendrás la desdicha de escucharlas. Dichas historias son hermosamente dolorosas, que muestran que lo vulnerable que es un corazón enamorado, no te digo que las creas, pero escúchalas, sé testigo de por qué este bosque es el lugar favorito de aquellas almas en pena que solo quieren ser amadas.
El poeta sin poesía.
El marinero sin brújula.
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La última estrella
RomancePuedes verlas, pero, ¿Cómo sabes que son reales?, son tan lejanas que fácilmente pueden ser una ilusión, un recuerdo visto por última vez hace miles de años, cuando su brillo estaba en su mejor punto. Vivimos en una mentira pintada de rosa, pero ese...